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Cada día mueren 280 personas en el país por enfermedades cardiovasculares. Este número se desprende de un informe de la Sociedad Argentina de Cardiología que calcula 100.000 muertes anuales por patologías cardiacas, lo que constituye la primera causa de muerte y discapacidad en la Argentina. Muchas de esas muertes podrían evitarse si las personas adoptaran hábitos saludables y si toda la comunidad se comprometiera y aprendiera a realizar maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).

En el Día Mundial del Corazón y con el fin de difundir herramientas de prevención, la técnica correcta de RCP y uso del Desfibrilador Automático (DEA) y la importancia de la atención inmediata ante síntomas cardiacos, Acudir Emergencias Médicas, Ospedyc y el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) dictaron un taller online dirigido a comunicadores en particular y público general, que pudo verse a través de Facebook Live. El taller contó con la participación del Dr. Agustín Apesteguía, Gerente Médico de Acudir Emergencias Médicas, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de Ospedyc y el Dr. Juan Pablo Costabel, Jefe de Unidad Coronaria e Internación del ICBA.

A continuación, el Dr. Apesteguía habló del rol que debe cumplir toda la comunidad en la llamada cadena de la vida. “Todos nosotros formamos parte de la cadena de la vida y cada eslabón contribuye a salvar vidas. El trabajo organizado y en equipo aumenta las chances de éxito. Está comprobado que el masaje cardiaco y la pronta desfibrilación aumentan las posibilidades de sobrevida en una persona con paro cardiorrespiratorio”, subrayó. El Gerente Médico de Acudir resaltó la importancia de seguir cada uno de los pasos de esta cadena:

Dr. Agustín Apesteguía
  1. Comprobar que la escena sea segura.
  2. Comprobar la inconsciencia del paciente.
  3. Llamar al sistema de emergencias y tratar de brindar información clara sobre la situación del paciente.
  4. Si hay otra persona, pedirle que busque un DEA.
  5. Iniciar las compresiones de RCP (si no sabe realizar RCP, el operador telefónico del sistema de emergencias le indicará cómo proceder).
  6. Continuar realizando compresiones hasta que pueda utilizar un DEA o hasta que llegue la ambulancia.

Para cerrar su charla y dar pie a la última disertación del día, el Dr. Apesteguía explicó en qué consiste el Protocolo IAM, que se activa desde Acudir Emergencias Médicas y permite reconocer y actuar rápidamente en casos de infarto agudo de miocardio, con el fin de reducir los tiempos de arribo hasta la institución sanatorial para ofrecer mejores posibilidades y un tratamiento adecuado a cada paciente.

Por último, el Dr. Juan Pablo Costabel expuso sobre la optimización del tiempo en el infarto y resaltó que es importante que el paciente reconozca rápidamente los síntomas y se ponga en contacto con el sistema de salud llamando a una ambulancia o acercándose a una guardia. En ese sentido, expresó que “el miedo a la pandemia hace que las personas retrasen su consulta, lo que afecta la cantidad y la calidad de vida del paciente”. Buscar atención médica inmediata por parte del paciente o su entorno y que, a su vez, el personal médico esté capacitado para detectar una patología cardiaca y actuar en consecuencia, es determinante para ofrecer mejores oportunidades de sobrevida.

 

 

 

 

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Cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial de la Hepatitis para informar y concientizar a la población sobre las distintas maneras en que se puede prevenir esta enfermedad que ataca a las personas sin distinción de origen o condición social.

Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) centró su campaña en la prevención de la transmisión de la hepatitis B (VHB) de madre a hijo. Se calcula que más de 250 millones de personas padecen esta infección de manera crónica, mientras que el 90% de los niños infectados al nacer se convierten también en portadores crónicos.

La hepatitis es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes. Se trata de una inflamación del hígado, causada comúnmente por una infección viral. Existen 5 tipos de virus, clasificados como  A, B, C, D y E. Las hepatitis tipos B y C pueden transformarse en infecciones crónicas y son las causas más comunes de cáncer de hígado y cirrosis. Se cree que un gran número de personas conviven con la infección crónica sin saberlo, lo que es peligroso no solo para su salud –porque pueden desarrollar enfermedades hepáticas de distinta gravedad-, sino también para la salud de otras personas, debido que pueden contagiar a los demás.

Los distintos tipos de hepatits y sus características

Las hepatitis A y E suelen estar causadas por la ingestión de alimentos o agua contaminada con materia fecal que contenga el virus; las hepatitis B, C y D, por lo general, se producen por el intercambio de fluidos corporales infectados (por contacto sexual, sangre contaminada, procedimientos médicos invasivos con equipos contaminados o de la madre al recién nacido durante el parto). El consumo excesivo de alcohol, las toxinas, algunos medicamentos y ciertas enfermedades que afectan al hígado también pueden causar hepatitis.

La única forma de detectar las hepatitis es mediante análisis de sangre específicos, que se pueden realizar de forma gratuita en cualquier hospital público del país. El Ministerio de Salud de la Nación cuenta con un Programa Nacional de Control de las Hepatitis Virales que promueve el testeo de estas infecciones.

Es importante realizarse chequeos periódicos porque un gran porcentaje de los infectados no presenta síntomas. Una vez obtenido el diagnóstico positivo, es fundamental evitar el consumo de alcohol y medicamentos que puedan ser tóxicos para el hígado.

En cualquier caso, algunos de los síntomas de las hepatitis pueden ser:

  • Aparición repentina de náuseas, vómitos y falta de apetito
  • Cansancio o fatiga
  • Fiebre
  • Malestar general
  • Dolor abdominal y articular
  • Orina oscura y heces pálidas
  • Color amarillo de la piel y mucosas (ictericia)

Formas de prevención:

Vacunarse es la manera más segura y efectiva de reducir el riesgo de infección por hepatitis A y B. La vacuna protege contra la infección en más del 90% de los casos. Para vacunarse no se necesita orden médica ni estudios previos.

Al momento no se dispone de una vacuna para prevenir la infección por hepatitis C.

Otras medidas necesarias para prevenir  la infección son:

  • Mantener la higiene del baño y desinfectarlo regularmente con agua y lavandina.
  • Lavarse bien las manos, en especial después de usar el baño, antes de manipular alimentos y antes de comer.
  • Lavar bien los alimentos antes de prepararlos.
  • Mantener relaciones sexuales seguras (usar preservativo y/o campo de látex).
  • No compartir jeringas, cepillos de dientes ni máquinas de afeitar,
  • Utilizar siempre material descartable o debidamente esterilizado al realizarse tatuajes, piercings, etc.
  • Realizar los controles durante el embarazo
  • Vacunar al niño o niña al momento del nacimiento.

 Fuente: Ministerio de Salud de la Nación


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Descansar es fundamental para la salud y el bienestar. Está comprobado que dormir 8 horas mejora la memoria, fortalece el sistema inmune y baja la presión sanguínea, entre otros beneficios. Por el contrario, al dormir poco aumentan el mal humor y la irritabilidad, el sistema inmune se debilita, baja la energía y, como consecuencia, la productividad y concentración. En definitiva, la falta de sueño aumenta las posibilidades de enfermarse.

Durante las fases de descanso, el cuerpo segrega una hormona llamada somatropina, que es la responsable de estimular el crecimiento de células y tejidos, reparar lesiones y fortalecer el sistema óseo. De esta forma, se refuerza el sistema inmunitario.

Si dormir poco nos vuelve distraídos e irritables, el buen descanso aporta una sensación de equilibrio y felicidad. El cansancio es uno de los principales causantes de accidentes de tráfico, mientras que haber dormido bien nos mantiene en alerta.

Además, al descansar mejora la memoria, porque durante el sueño nuestro cerebro asimila y procesa la información recibida durante el día.

Otro de los beneficios del buen descanso es que ayuda a controlar el peso y protege el corazón debido a que, cuando descansamos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca disminuye.

Recuerde: Un adulto necesita dormir entre 7 y 8 horas cada noche. Los bebés suelen dormir unas 16 horas por día, mientras que los niños y adolescentes requieren entre 9 y 10 horas de sueño cada día para mantenerse saludables.

Consejos para lograr un buen descanso:
  • Se recomienda evitar la cafeína por la noche.
  • Desconectarse de aparatos electrónicos (celular, Tablet, notebook) al menos 15 minutos antes de acostarse.
  • Intentar que esos dispositivos estén alejados de nuestro lugar de descanso.

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Los riñones cumplen algunas funciones vitales para nuestro organismo y por tal motivo debemos cuidarlos. Son los encargados de filtrar la sangre y eliminar las sustancias tóxicas y sales minerales en exceso a través de la orina. Además, se ocupan de mantener un equilibrio saludable de agua, sales y minerales para que las células de nuestro cuerpo funcionen correctamente. Por último, los riñones generan hormonas que controlan la presión arterial y producen glóbulos rojos.

Mantener los riñones sanos depende en gran parte de cada persona. ¿Qué se puede hacer?

  1. Consumir alimentos saludables. Aumentar el consumo de frutas y vegetales.
  2. Cocinar los alimentos al horno o a la plancha. Evitar los fritos.
  3. Reducir el consumo de sal (se puede reemplazar por especias).
  4. Optar por alimentos sin azúcar agregada y lácteos descremados.
  5. Beber al menos 2 litros de agua por día.
  6. Realizar actividad física al menos 30 minutos por día.
  7. Alcanzar un peso saludable.
  8. Descansar 8 hs. al día.
  9. No fumar o dejar de hacerlo.
  10. Limitar el consumo de alcohol.

Las personas con diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, ACV, cálculos renales, infecciones urinarias, dificultad para orinar, sangre en orina o antecedentes familiares de enfermedad renal son más propensas a desarrollar problemas en los riñones. En estos casos es fundamental mantener valores normales de glucemia, controlar la presión arterial y visitar periódicamente al médico para que controle estos valores, además de la medicación (en caso de que esté medicado). También es importante mantener los niveles de colesterol dentro de los valores saludables.

En las primeras etapas, la enfermedad renal no da síntomas. La detección oportuna con un simple análisis de sangre y orina retrasa o evita el avance a situaciones graves que puedan requerir diálisis o trasplante.

Fuente: INCUCAI


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El British Medical Journal publicó un estudio que incluyó datos de más de 110.000 personas y analizó específicamente enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes tipo 2. Los investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Amsterdam, observaron cinco hábitos saludables de “bajo riesgo”:

  • No fumar
  • Tener un índice de masa corporal (IMC) saludable de 18 a 25
  • Realizar actividad física durante al menos 30 minutos por día (incluida una caminata rápida)
  • Consumir alcohol con moderación*
  • Llevar una alimentación saludable

Luego, el equipo analizó la esperanza de vida libre de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer y cuántos años más libres de enfermedad podrían esperar las personas a partir de los 50 años. Los resultados mostraron que las mujeres de 50 años que llevaban un estilo de vida saludable (que adoptaban cuatro o cinco factores de vida saludable) tenían una expectativa de vida libre de enfermedad de 34.4 años más, llevándolas a la edad de 84 años sin diabetes, cáncer o enfermedad cardíaca. Esto se compara con solo 23,7 años más de esperanza de vida libre de enfermedad para las mujeres de la misma edad que no habían adoptado ninguno de los factores de un estilo de vida saludable.

En el caso de hombres de 50 años, aquellos que adoptaron cuatro o cinco factores de vida saludable podrían esperar 31.1 años sin enfermedad, en comparación con los 23,5 años para los hombres que no tenían comportamientos de estilo de vida saludables.

Los hombres que fumaban más de 15 cigarrillos al día y los hombres y mujeres obesos (con un IMC superior a 30) tenían las más bajas posibilidades de vivir una vida libre de enfermedades.

Los investigadores concluyeron: “Hemos observado que la adherencia a un estilo de vida de bajo riesgo se asoció con una mayor esperanza de vida a los 50 años libre de las principales enfermedades crónicas de aproximadamente 7,6 años en hombres y 10 años en las mujeres en comparación con los participantes que no tienen un estilo de vida de bajo riesgo”.

Políticas públicas para la mejora de la alimentación y el medio ambiente físico propicio para la adopción de una dieta saludable y estilo de vida, así como las políticas y regulaciones pertinentes (por ejemplo, la prohibición de fumar en lugares públicos o restringir las grasas transgénicas) son fundamentales para la mejora de la expectativa de vida, sobre todo la esperanza de liberarse de las enfermedades crónicas más importantes”.

La Dra. Kate Allen, directora ejecutiva de ciencia y asuntos públicos del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, dijo: “Este nuevo y amplio estudio confirma aún más nuestra propia investigación de que tener un estilo de vida saludable reduce el riesgo de cáncer y otras enfermedades”.

*Se considera consumo moderado de alcohol a la consumición de 5gr a 15gr por día para las mujeres (una unidad de alcohol tiene 8 gramos de alcohol puro, por lo que 15gr es aproximadamente un vaso de vino de 175 ml ), y 5 a 30 gr por día de alcohol para los hombres (30gr es de aproximadamente 1,5 pintas de cerveza).

Fuente: Consenso Salud


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Según datos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018, más del 60% de los argentinos adultos tiene sobrepeso y un poco más del 25% padece obesidad, una epidemia que acelera su crecimiento y que hoy afecta a un cuarto de la población mundial. El sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad y el consumo de tabaco son las principales causas de las enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, hipertensión arterial y algunos tipos de cánceres.

Llevar una vida saludable no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que además previene o retrasa la aparición de enfermedades no transmisibles.

A continuación, compartimos 10 sugerencias de las Guías Alimentarias para la Población Argentina para incorporar una alimentación más saludable a la vida cotidiana:

  1. Realizar 4 comidas al día: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
  2. Consumir frutas y verduras diariamente.
  3. Consumir carnes magras y aumentar el consumo de pescado.
  4. Tomar 8 vasos de agua segura por día.
  5. Reducir la ingesta de sal y de alimentos con alto contenido de sodio. Se puede reemplazar por otros condimentos para saborizar las comidas.
  6. Evitar las bebidas azucaradas y los alimentos con elevado contenido de grasas, azúcar y sal.
  7. Evitar o reducir el consumo de alcohol.
  8. Elegir preferentemente alimentos preparados en casa en lugar de procesados.
  9. Limitar el consumo de golosinas, amasados de pastelería y productos de copetín.
  10. Consumir leche, yogur o queso descremado diariamente. Elegir quesos blandos antes que duros.

Además de estos consejos alimentarios, es recomendable:

  • Evitar o abandonar el cigarrillo.
  • Realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física de moderada a intensa.
  • Mantener la higiene personal y del hogar.
  • Llevar una vida social activa.

Una dieta equilibrada, el ejercicio físico, la higiene y la búsqueda del equilibrio mental son claves para mantener una vida saludable y prevenir enfermedades.

 

Fuentes:
– Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación
– Guías Alimentarias para la Población Argentina


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La malnutrición por exceso de peso es el problema más frecuente dentro de la población infantil y adolescente que se atiende en el sistema público. El sobrepeso afecta al 37 por ciento de los chicos de 10 a 19 años y crece a medida que aumenta la edad. Estos datos figuran en un informe conjunto elaborado por la Dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia y el Programa Sumar, que implementa la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación.

“El problema más grave que estamos padeciendo, a nivel de pandemia, en la región y en nuestro país, es la obesidad y el sobrepeso en general y especialmente en niños, niñas y adolescentes”, definió Mario Kaler, secretario de Promoción de la Salud, Prevención y Control de Riesgos de la Secretaría de Gobierno de Salud, durante la presentación del informe.

Para el especialista en Salud de UNICEF Argentina, Fernando Zingman, “la obesidad afecta de manera significativa a niños, niñas y adolescentes que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeconómica y que cuentan sólo con el sistema público de salud”.

Del análisis de los datos se observa que el sobrepeso en los distintos grupos de edad se mantuvo relativamente estable, por arriba del 18%, y se incrementó levemente en el tramo adolescente, en donde llegó a 21,9%. La obesidad, en cambio, tuvo un crecimiento sostenido a lo largo de los distintos rangos etarios, siendo del 6,8% en menores de 2 años y llegando al 18,1% en el grupo de 6 a 9 años, para luego disminuir levemente entre los adolescentes a un 15,1%.

Por el contrario, el informe destaca que el adelgazamiento (emaciación) y el bajo peso fueron fenómenos de entre 3 y 4 veces menor prevalencia que la malnutrición por exceso de peso (sobrepeso y obesidad) a lo largo de los distintos años y entre los diferentes grupos de edad, en tanto que los problemas de déficit nutricional manifestaron una tendencia a la baja y los relacionados con sobrepeso y obesidad aumentaron año a año. Si bien la problemática del déficit de peso o talla sigue siendo un problema de salud pública, el exceso es la más prevalente y se encuentra en permanente crecimiento.

Así, mientras que el exceso de peso (sobrepeso y obesidad) afectó en 2016 al 31,1% de los niños, niñas y adolescentes y la obesidad fue del 13%, el déficit englobado en emaciación, bajo peso y baja talla se mantuvo estable en período considerado, con una leve tendencia a la baja hasta llegar al 8,1%. Asimismo, se observa un crecimiento del exceso de peso de cinco puntos porcentuales desde 2014 a 2016. De esta forma, la malnutrición por exceso de peso, concluye el informe, es el problema más frecuente dentro de la población infantil y adolescente reportado por las trazadoras del Programa SUMAR.

Resulta relevante destacar que dicho informe no es un estudio representativo de la situación nutricional de todos los niños, niñas y adolescentes entre 0 y 19 años de cada una de las jurisdicciones bajo análisis, sino que aporta información sobre la población de 0 a 19 años que se atiende en el subsector público, beneficiarios del programa SUMAR y que cumplen con ciertos criterios de elegibilidad, denominados trazadoras.

Fuente: Secretaría de Salud de la Nación

 


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 El 9 de noviembre de 1914, el Dr. Luis Agote realizó la primera transfusión de sangre en el país a una mujer que sufrió una hemorragia post-parto. El donante fue Raúl Mosquera, empleado del Hospital Rawson donde tuvo lugar la transfusión.

Más de 100 años después de aquel día, se sabe que las donaciones de sangre salvan vidas y mejoran la salud de muchas personas. La decisión de donar sangre es voluntaria y altruista y puede salvar una o varias vidas: Si la sangre se separa por componentes –glóbulos rojos, plaquetas y plasma–, pueden ser utilizados individualmente para pacientes con enfermedades específicas.

Es importante tomar conciencia y donar sangre regularmente (deben transcurrir al menos 2 meses entre una donación y otra), porque la sangre se puede conservar durante un tiempo limitado y luego deja de ser utilizable. Las donaciones regulares de sangre por un número suficiente de personas sanas son imprescindibles para garantizar la disponibilidad de sangre segura en el momento y el lugar en que se precise.

Cualquier persona, en algún momento de su vida, puede necesitar una transfusión: mujeres con complicaciones obstétricas (embarazos ectópicos, hemorragias antes, durante o después del parto, etc.); personas con anemia grave; personas con traumatismos graves; pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas o enfermos de cáncer. También se requiere de sangre para realizar transfusiones periódicas en personas afectadas por enfermedades como la talasemia o la drepanocitosis.

Donar sangre es fácil  y seguro; todo el material utilizado es estéril y descartable. 

Fuente: OMS


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La cuenta regresiva para el inicio del ciclo lectivo ya está en marcha. Junto con marzo llegan los horarios, las rutinas, las actividades programadas y demás responsabilidades que pueden, al principio, alterar la vida familiar. Pero es también un buen momento para que los chicos adopten hábitos saludables, que los ayudarán a crecer sanos, prevenir enfermedades y lograr un mejor rendimiento escolar, entre otros beneficios.

Compartimos algunas recomendaciones para padres y madres:

Buen descanso: Es muy importante que los chicos duerman al menos 8 horas. La falta de sueño incide en su energía, ánimo y rendimiento escolar.

Desayunar siempre: No solo mejora su atención y rendimiento, sino que también ayuda a mantener un peso saludable. Evitar las galletitas dulces y golosinas. Optar por tostadas integrales, lácteos, cereales sin azúcar agregada y frutas.

Dieta variada y equilibrada: Lo ideal es que su alimentación sea variada y que todos los días incorporen frutas y verduras.  Al estar en etapa de desarrollo y crecimiento, los niños necesitan consumir alimentos que les aporten todos los nutrientes necesarios.

Hidratación: Recordarles que tomen agua con frecuencia no está de más. En lo posible, evitar que consuman gaseosas y jugos azucarados.

Práctica deportiva: Si bien los chicos suelen ser inquietos a hiperactivos, los pediatras recomiendan que en su agenda extra escolar se incluya al menos un día de actividad física para prevenir la obesidad y mejorar el estado anímico. “Antes de comenzar cualquier tipo de actividad física, ya sea en el colegio o fuera del mismo, es necesario realizar un control para tener el apto físico. Es importante que se realicen un estudio cardiológico y análisis de rutina, acorde a la exigencia física, edad y sexo del chico”, aclara la Dra. Deborah Berenstein, Coordinadora de Pediatría de Acudir Emergencias. De la misma forma, sugieren que pasen la mayor cantidad de tiempo al aire libre y que se limite el tiempo frente a pantallas como TV, tablets o celulares.

Buena higiene: Incentivarlos para que incorporen el hábito de lavarse las manos con frecuencia y, de esta forma, evitar la propagación de enfermedades.

Controlar que no haya piojos: Revisar la cabeza de los chicos y pasar el peine fino periódicamente. Ser constantes con estas prácticas es fundamental. En caso de contagio, consultar el tratamiento adecuado con el pediatra o farmacéutico.

Evitar mochilas pesadas: Las mochilas no deberían superar el 10 o 15% del peso de los chicos.  Una opción para cuidar la espalda es el uso de mochilas con rueditas.

CALENDARIO DE VACUNACIÓN

Tener en cuenta que los chicos que inician la primara (5-6 años) deben aplicarse tres vacunas: el segundo refuerzo contra la poliomielitis (Sabin); la segunda dosis de la Triple Viral (sarampión, rubéola y paperas) y el segundo refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular, que protegen contra la difteria, la coqueluche y el tétanos. La Dra. Berenstein agrega que “junto con este calendario de vacunación, los chicos que ingresan al colegio deben hacer un control ocular y auditivo”.

A los 11 años se aplica una única dosis de la vacuna contra el meningococo y el refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular. A esta edad, tanto nenas como varones deben recibir las dos dosis de la vacuna contra el VPH o Virus del Papiloma Humano, que previene el cáncer de cuello uterino.


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El Día Mundial contra el cáncer es una oportunidad para concientizar acerca de la importancia de prevenir y controlar esta enfermedad.

El cáncer es un término genérico que designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo; también se habla de “tumores malignos” o “neoplasias malignas”. Una característica del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y puede invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, proceso conocido como metástasis, que es la principal causa de muerte por cáncer.

En la Región de las Américas, el cáncer es la segunda causa de muerte. Se estima que 2,8 millones de personas son diagnosticadas cada año y 1,3 millones de personas mueren por esta enfermedad anualmente. Aproximadamente el 52% de los nuevos casos de cáncer ocurren en personas de 65 años o menos. Si no se adoptan medidas se prevé un incremento a más de 4 millones de nuevos casos y 1,9 millones de defunciones por cáncer para el año 2025.

El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante. Es responsable de 5 millones de muertes anuales. El alcohol se relaciona con el aumento del riesgo de siete tipos de cáncer. Existen indicios sólidos de que el consumo de bebidas alcohólicas aumenta el riesgo de cánceres  de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, mama  y páncreas. El sobrepeso y la obesidad también están estrechamente relacionados con el aumento del riesgo de cáncer de colon, mama, útero, ovarios, páncreas, esófago, riñón y vesícula biliar.

La OPS/OMS hace un llamado para trabajar en la prevención y  control del cáncer mediante el desarrollo de las siguientes  acciones:

* Adoptar  una dieta saludable y realizar actividad física

* Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.

*  Visitar periódicamente al médico y hacer los controles necesarios. La detección temprana brinda mayores posibilidades de curación.

Fuente: Organización Panamericana de la Salud


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