El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, pero hasta un 50% de los casos pueden prevenirse con hábitos saludables y controles médicos regulares.
Hábitos saludables para reducir el riesgo:
- Consumir alimentos de origen vegetal: Frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos aportan antioxidantes, fibra y otros compuestos que favorecen la protección de las células del cuerpo. Priorizar el aceite de oliva, el pescado, las semillas y los frutos secos.
- Reducir el consumo de azúcares, harinas refinadas y alimentos procesados como embutidos, fiambres, snacks industriales y productos con alto contenido en grasas trans.
- Beber suficiente cantidad de agua, para favorecer el funcionamiento celular y ayudar a eliminar toxinas.
- Mantener un peso saludable y adecuado a la edad y estilo de vida.
- Realizar actividad física regular, al menos 30 minutos de ejercicio al día.
- Evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol: El tabaco es el principal factor de riesgo evitable de cáncer, y el consumo excesivo de alcohol también puede ser un factor de riesgo.
- Protección solar: Usar protector solar, evitar la exposición prolongada al sol y no recurrir a camas solares.
- Vacunación: La vacuna contra el VPH y la vacuna contra la Hepatitis B ayudan a prevenir los tipos de cáncer asociados a estos virus.
Importancia de los controles médicos:
- Chequeos periódicos: Realizar estudios preventivos según la edad y los factores de riesgo.
- Autoexploración mamaria y consultas ginecológicas: La detección temprana del cáncer de mama y de cuello uterino es clave.
- Control de lunares y manchas en la piel: Detectar cambios en la piel puede prevenir el cáncer de piel.
La prevención y el diagnóstico temprano salvan vidas. Cuidar la salud hoy es la mejor inversión para el futuro.