El hogar es el espacio seguro donde transcurre gran parte de nuestra vida, pero también donde pueden ocurrir accidentes o situaciones inesperados. Aunque las causas suelen variar, los accidentes domésticos son un riesgo latente para niños y adultos.
Accidentes domésticos comunes en niños:
- Supervisar constantemente a los niños cuando están dentro o cerca del agua: Instalar cercos alrededor de las piscinas y nunca dejar baldes o bañeras con agua sin vigilancia. Los niños pequeños pueden ahogarse en pocos centímetros de agua.
- La curiosidad natural de los niños los lleva a explorar enchufes, cables y electrodomésticos: Colocar protectores de enchufes, mantener los cables fuera del alcance y enseñar a los niños a no jugar con aparatos eléctricos.
- Utilizar las hornallas traseras de la cocina y nunca dejar objetos calientes desatendidos, para evitar quemaduras.
- Evitar cortes con objetos afilados como cuchillos, tijeras o vidrios rotos, guardando los objetos cortantes en lugares seguros y procurando no tener objetos frágiles a baja altura.
- Elegir juguetes adecuados para la edad, ya que las piezas pequeñas pueden causar asfixia. No dejar a su alcance bolsas plásticas y cortar los alimentos en trozos pequeños.
- Guardar en lugares seguros los productos químicos, de limpieza y medicamentos, de modo que no estén al alcance de los niños. Educarlos sobre los peligros para evitar intoxicaciones.
- En el caso de los adultos, los accidentes más comunes también incluyen cortes, quemaduras, intoxicaciones y electrocución, pero el accidente más frecuente son las caídas, especialmente en escaleras, baños y superficies resbaladizas. Mantener los pisos secos, utilizar alfombras antideslizantes, instalar pasamanos y asegurarse que las escaleras estén bien iluminadas.
Es importante evitar accidentes tomando las medidas de precaución necesarias, pero también estar preparados con el adecuado entrenamiento en primeros auxilios y RCP, para poder responder ante una situación imprevista y activar la cadena de sobrevida