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23 abril, 2021

La meningitis bacteriana es una enfermedad infecciosa de alta peligrosidad que, si no es diagnosticada y tratada a tiempo, puede generar lesiones neurológicas permanentes e, incluso, la muerte.

Todos los 24 de abril se conmemora el Día Mundial de la Meningitis con el objetivo de concientizar acerca de la necesidad de prevenir esta infección. Para eso, solo es necesario que los bebés y niños reciban la vacuna, de acuerdo con el Calendario Nacional de Vacunación:

Los lactantes -la población más vulnerable y con mayor riesgo de enfermar y morir-, deben recibir tres dosis a los 3, 5 y 15 meses de vida. Más adelante, a los de 11 años, deben recibir una dosis complementaria.

La bacteria que causa meningitis se transmite de persona a persona a través de secreciones respiratorias; es decir que puede contagiarse al besarse, estornudar, toser, compartir vasos o mate o convivir con otras personas enfermas en espacios chicos y mal ventilados.

Los niños pequeños, principalmente los menores de 1 año, son el grupo de riesgo que más se contagia. Los adolescentes puedden ser portadores de forma asintomática, pero transmitir la infección.

Los síntomas más frecuentes de la meningitis son similares a los de otras enfermedades: rigidez de nuca, fiebre elevada, fotofobia, confusión, cefalea y vómitos, pero, al tratarse de una infección que evoluciona rápidamente a cuadros graves, se sugiere consultar inmediatamente al pediatra.

Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría

Karina Pontoriero

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25 agosto, 2020

Cumplir con el trabajo, las tareas del hogar y la crianza de los niños en medio del aislamiento preventivo por la pandemia del nuevo coronavirus suele ser agotador. Muchas veces puede ocurrir que por ocuparnos de obligaciones laborales descuidemos sin querer a los más chicos, Este es uno de los motivos por los que suceden los accidentes domésticos. Otros motivos son el desconocimiento y la falta de previsión.

Entre los accidentes domésticos más frecuentes están los golpes o caídas, las quemaduras, los cortes o heridas y las intoxicaciones. Todos estos accidentes son prevenibles y, mayormente, no revisten gravedad.

Compartimos algunas medidas de prevención:

  • Para evitar caídas y golpes, es recomendable instalar cerramientos protectores en balcones y ventanas o mantenerlos cerrados. También es conveniente impedir el acceso a escaleras con alguna traba para niños.
  • Nunca dejar solo a un bebé en la bañera: unos pocos centímetros de agua son suficientes para provocar ahogamiento.
  • Si hay una pileta, es muy importante contar con un cerco protector y vigilar que los niños no se acerquen solos.
  • Mantener a los chicos lejos de la cocina cuando está encendida. Se sugiere utilizar las hornallas de atrás para impedir que alcancen las ollas o sartenes.
  • Explicarles que no deben acercarse a las estufas o calefactores.
  • Procurar que los elementos cortantes como tijeras, cuchillos, etc., y las bolsas de nylon no queden accesibles para los niños.
  • No permitir que manipulen recipientes calientes o que contengan líquido a altas temperaturas.
  • Controlar que no tengan acceso a fósforos o encendedores.
  • Tapar los tomacorrientes para evitar posibles descargas eléctricas.
  • Vigilar que no haya objetos pequeños (monedas, bolitas, etc.) al alcance de los niños para prevenir atragantamiento.
  • Los medicamentos, artículos de limpieza o cualquier sustancia tóxica deben estar fuera del alcance de los niños.
  • Si hay mascotas en la casa, cuidar que el niño la moleste demasiado, especialmente mientras come para evitar mordeduras.

Si bien estas medidas de prevención reducen significativamente las posibilidades de tener un accidente dentro del hogar, no son infalibles. Por eso es importante actuar rápidamente para evitar consecuencias de mayor gravedad:

  • Si tras una caída o golpe el niño está mareado, somnoliento o irritable, tiene vómitos o convulsiones, hay que llamar inmediatamente al sistema de salud.
  • En caso de quemaduras, aleje al chico de la fuente de calor y ponga la zona quemada bajo la canilla de agua fría durante varios minutos. No utilice hielo, dentífrico ni cremas. Si considera que la quemadura reviste gravedad, llamar a un médico.
  • Si el niño se queda “pegado, sepárelo de la fuente de descarga eléctrica con material aislante como un palo de madera. Si hay otra persona con usted, pídale que corte la corriente y llame rápidamente al sistema de salud.
  • Si se produjo un atragantamiento, pídale al niño que intente toser para expulsar el objeto. Si no puede, deberá realizar la maniobra de Heimlich. Si desconoce esta maniobra, de ninguna manera introduzca sus dedos en la boca del menor porque podría empujar el objeto extraño aún más. Acérquese a una guardia o llame a una ambulancia.
  • En caso de que el menor haya ingerido medicamentos o cualquier sustancia tóxica, no intente provocar el vómito ni le administre líquido. Es conveniente acercarse a una institución médica o llamar al sistema de salud.
  • Ante una herida cortante, lave la zona con abundante agua y jabón. Presione con una gasa o tela limpia para frenar el sangrado. Llame al sistema de salud si sospecha que la herida es profunda y requiere sutura o mayor control.

Actuar con rapidez y tranquilidad en este tipo de situaciones es la mejor forma de ayudar a los más pequeños de la casa.

Karina Pontoriero

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3 agosto, 2020

Es sabido que la lactancia materna desde el nacimiento ayuda al desarrollo del bebé, refuerza sus defensas y, como consecuencia, evita enfermedades comunes como bronquiolitis o diarreas. Además, fortalece el vínculo madre e hijo y protege a la madre de muchas enfermedades como cáncer de mama, hipertensión, anemia, osteoporosis e incluso de la depresión postparto.

En plena pandemia es normal que surjan dudas respecto de la seguridad de la lactancia materna; sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación (MSN) informan que hasta la fecha no se ha detectado la transmisión de casos activos de COVID-19 a través de la leche materna ni de la lactancia y tampoco se ha detectado el virus activo en la leche materna de ninguna mujer con confirmación de la enfermedad, por lo que nada indica que deba interrumpirse el amamantamiento cuando la mujer sospecha o confirma que es COVID-19 positivo. Si bien los investigadores continúan realizando estudios, los especialistas consideran que los beneficios de la lactancia materna superan los posibles riesgos de transmisión y enfermedad asociados al COVID-19, teniendo en cuenta que en la gran mayoría de los pocos casos positivos en niños -siempre por fuentes distintas a la lactancia materna-, la enfermedad ha sido asintomática o ha cursado con síntomas leves.

De todas formas, es recomendable tomar medidas de higiene adecuadas para prevenir un posible contagio de COVID-19, en caso de que la madre tenga sospechas o sea COVID-19 positivo. Estas medidas son:

  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con alcohol al 70%, especialmente antes de tocar al bebé.
  • Utilizar tapabocas o barbijo limpio mientras está amamantando al bebé. Es importante que el tapabocas cubra desde la nariz hasta el mentón para que cumpla su función. Una vez que termine de dar la teta debe desechar el barbijo o lavarlo con agua y jabón si se trata de un tapabocas reutilizable.
  • Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al estornudar o toser, desechar el pañuelo y lavarse nuevamente las manos.
  • Si no tiene tapaboca, igualmente puede amamantar extremando las demás medidas de prevención como lavado frecuente de manos antes de tocar al bebé, taparse con un pañuelo al toser o estornudar y mantener la higiene de las superficies.

En resumen, la lactancia materna brinda a los bebés incontables beneficios para su salud y desarrollo que perdurarán toda su vida, por lo que no hay ningún motivo evidente para suspenderla durante la pandemia.

Fuente: Organización Mundial de la Salud

Karina Pontoriero

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6 julio, 2020

Todos los años, en el mes de julio, se conmemora el Mes Internacional de Concientización sobre el Estreptococo del Grupo B, una iniciativa que busca difundir información y concientizar sobre esta bacteria que se encuentra, comúnmente, en los intestinos o el tracto genital inferior y que suele ser inofensiva en los adultos sanos, pero podría tener complicaciones más graves en bebés recién nacidos, como neumonía, meningitis o infección del torrente sanguíneo (bactericemia).

La enfermedad producida por el estreptococo del grupo B puede manifestarse dentro de las seis horas del nacimiento, lo que se conoce como inicio temprano, o hasta 3 meses después (inicio tardío). Algunos signos y síntomas son: Fiebre, dificultad para comer, decaimiento, debilidad o falta de energía, irritabilidad, dificultad para respirar, ictericia.  Si el bebé llegara a presentar alguno de estos síntomas, se debe consultar inmediatamente al médico.

Si bien lo adultos suelen ser portadores sanos y asintomáticos del estreptococo del grupo B, las personas con enfermedades crónicas como diabetes, los adultos mayores o quienes tienen un sistema inmunológico deficiente tienen chances de padecer infecciones más peligrosas. En las mujeres embarazadas, el estreptococo del grupo B puede causar infección en las vías urinarias, en la membrana que recubre el útero, en el torrente sanguíneo o en la placenta y líquido.

Causas y factores de riesgo

Según los estudios realizados, la bacteria del estreptoco solo se transmite al recién nacido durante el parto vaginal, cuando el bebé queda expuesto a fluidos infectados. No se transmite por vía sexual, ni por el agua o los alimentos.

Los riesgos en los recién nacidos se incrementan cuando:

  • La madre lleva la bacteria en su cuerpo
  • La madre tuvo infección urinaria durante el embarazo
  • El bebé nació antes de las 37 semanas de gestación
  • La madre rompe bolsa 18 horas o más previo al parto
  • La madre desarrolla fiebre durante el trabajo de parto
  • La madre tiene un antecedente de parto de un bebé con estreptoco

Realizar el seguimiento del embarazo con un obstetra es la mejor forma de prevenir casos de gravedad. Será el médico quien solicite el análisis de sangre que detecta la presencia del estreptococo B durante el tercer trimestre de gestación y quien indique el tratamiento con antibióticos para prevenir el contagio durante el parto. Tanto el equipo médico que asiste el parto como el pediatra del bebé deberán estar al tanto de un resultado positivo para actuar con rapidez y evitar complicaciones.

Vale aclarar que la mayoría de los bebés cuyas madres son portadoras de esta bacteria son sanos, pero algunos pueden enfermarse de gravedad. Por eso es muy importante que los adultos conozcan los síntomas y, en caso de ser necesario, consulten inmediatamente a un pediatra,.

 

Karina Pontoriero

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2 junio, 2020

En esta época del año suelen aparecer las enfermedades respiratorias. En los niños menores de un año es muy común la bronquiolitis, una infección respiratoria en la que se inflaman los bronquiolos que se encuentran en los pulmones. No existe vacuna ni antibiótico efectivo para esta enfermedad, por lo que es necesario extremar las medidas de precaución. Estas medidas son similares a aquellas que debemos seguir para prevenir el coronavirus; es decir: lavarse las manos de manera frecuente; ventilar los ambientes aunque la temperatura exterior sea baja y mantener la higiene de la casa, los objetos y las superficies, principalmente aquellas que tocan los niños.

Los padres o adultos responsables deben estar atentos a síntomas como:

  • Dificultad respiratoria que aparece con el aleteo de la nariz
  • Hundimiento en la zona entre las costillas por el esfuerzo para respirar en el tórax del bebé
  • Irritabilidad extrema
  • Dificultad para alimentarse o hidratarse correctamente
  • Piel que se torna azulada, en especial debajo de las uñas o en los labios.

Es importante consultar al sistema de salud en caso de presentarse alguno de estos síntomas porque se puede llegar a requerir internación e incluso administración de oxígeno.

El grupo con mayor riesgo para esta enfermedad es el que conforman los recién nacidos prematuros y los que tienen una cardiopatía congénita. Para ellos, el Ministerio de Salud de la Nación desarrolla un programa que incluye la aplicación de un anticuerpo monoclonal llamado palivizumab, cuyo acceso está garantizado tanto en el sistema público como en el privado.

Fuente: Consenso Salud

Karina Pontoriero

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14 mayo, 2020

El temor al contagio de coronavirus, a veces, paraliza. Es importante que los padres o adultos responsables estén atentos en caso de que los niños presenten algún síntoma que requiera atención médica inmediata.

Se indica llamar inmediatamente al servicio de urgencias y emergencias en cualquiera de los siguientes casos:

  • Traumatismo de cráneo con o sin pérdida de conciencia o tendencia a dormirse
  • Ingesta de productos químicos, medicamentos, pilas o elementos cortopunzantes
  • Dificultad respiratoria o respiración anormal
  • Apneas (cuando tiene más de dos semanas de vida y deja de respirar por 15 o 20 segundos)
  • Heridas profundas
  • Quemaduras en el rostro, manos o articulaciones
  • Electrocución
  • Atragantamiento
  • Picaduras de arañas o alacranes
  • Mordeduras de perro
  • Vómitos o diarrea aguda que no ceden
  • Dolor abdominal persistente

 

También es importante consultar a un pediatra o llamar al servicio de urgencias y emergencias si hay cambios en el comportamiento del bebé o niño. Por ejemplo, si está decaído, no quiere comer ni dormir (aunque no tenga fiebre), llora sin consuelo, se muestra irritable o angustiado.

Otros motivos de consulta pediátrica son:

  • Aparición de moretones sin golpes previos
  • Manchas rojas que no desaparecen al estirar la piel
  • Ronchas grandes que pican y labios hinchados
  • Testículos dolorosos y/o hinchados
  • Coloración azulada o muy pálida
  • En adolescentes: intoxicación alcohólica, angustia o depresión

La Sociedad Argentina de Pediatría recomienda la consulta con un pediatra o la llamada al servicio de urgencias o emergencias en todas las situaciones previamente mencionas para evitar casos de gravedad. Consultar sin demoras ante la aparición de síntomas posibilita un mejor tratamiento a los bebés y niños.

Es importante no administrar ningún tipo de medicación sin indicación médica para no complicar el cuadro. Tampoco es recomendable buscar información sobre los síntomas en Internet porque puede prestarse a confusiones si no hay una correcta interpretación médica.

Por otra parte, vale destacar que en el sistema de Salud se siguen rigurosos protocolos de Bioseguridad para proteger a los pacientes y al personal de la Salud y evitar el contagio de COVID-19.

Fuentes: Sociedad Argentina de Pediatría

Karina Pontoriero

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14 febrero, 2020

El inicio del año escolar marca una serie de controles que los padres o tutores de los niños deben seguir para prevenir o detectar posibles patologías.  Antes de comenzar las clases es importante revisar que los chicos están al día con su vacunas, visitar a un oftalmólogo para controlar la vista y realizar una consulta pediátrica que incluya un examen físico completo.

A su vez, el comienzo de clases es una excelente oportunidad para organizar algunas rutinas saludables con el fin de que los niños tengan un buen desarrollo y rendimiento escolar. Compartimos algunas recomendaciones:

  1. Un buen descanso: Los chicos en edad escolar deben dormir al menos 8 hs. Los profesionales sugieren que los últimos días de vacaciones comiencen a acostarse más temprano para adaptarse de a poco al nuevo ritmo.
  2. Desayuno nutritivo: Después de un ayuno prolongando por las horas de sueño, es importante que desayunen bien. Un desayuno saludable facilita el rendimiento mental y físico y debería incluir un lácteo, una fruta y algún cereal.
  3. El peso de las mochilas no debe superar el 15% del peso del niño para proteger su columna. Lo correcto sería que la lleven siempre con ambas cintas sobre los hombros.
  4. Tiempo de ocio: Los chicos necesitan tener tiempo libre para jugar. Las tareas escolares y extracurriculares no deberían interferir con sus actividades lúdicas.

¿Qué vacunas les corresponden según su edad?

A los 5 o 6 años
El ingreso escolar es una etapa de la vida para recibir refuerzos y completar esquemas.

A los 11 años
En esta etapa debe reforzarse la protección de las vacunas de la infancia y comenzar a prevenir enfermedades propias de la edad.

Los adolescentes que no hayan recibido dos dosis de Triple viral después del año de vida, deben iniciar o completar esquema de 2 dosis.

Todas las vacunas del Calendario Nacional son obligatorias, gratuitas y se aplican en los vacunatorios, centros de salud y hospitales públicos del país. Es responsabilidad y obligación de los adultos que los niños estén vacunados para evitar enfermarse y contagiar a otras personas.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación

 

 

Karina Pontoriero

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15 noviembre, 2019

Los días 14 y 15 de noviembre se realizó una nueva capacitación PALS en el Centro de Capacitación y Entrenamiento Acudir (CCEA) para personal de la empresa.

PALS (por Pediatric Advanced Life Support) es un curso intensivo de dos jornadas, diseñado por la American Heart Association (AHA) para profesionales de la salud que deseen practicar y afianzar sus conocimientos y habilidades en el manejo de las emergencias pediátricas donde hay riesgo de vida, como la insuficiencia respiratoria, circulatoria o el paro cardíaco.

Es una capacitación teórico práctica -los alumnos deben leer previamente un e-book- para grupos reducidos en la que se trabaja en equipo con diferentes casos clínicos de pediatría. Algunos de los contenidos son: cadena de supervivencia; reconocimiento de insuficiencia respiratoria y shock; soporte vital básico en pacientes pediátricos; manejo de la vía aérea en niños y lactantes; accesos endovenosos, reconocimiento del ritmo cardíaco y paro cardiorrespiratorio, uso del DEA, entre otros.

Esta capacitación está dirigida a médicos, enfermeros profesionales, personal de servicios de emergencias y otros profesionales que trabajan con pacientes pediátricos. El CCEA lleva a cabo un programa de instrucción y actualización permanente por áreas de especialidad para médicos, enfermeros, conductores y personal del área operativa, ya sean colaboradores de Acudir o externos.

Para más información sobre contenidos, inscripción o próximas fechas, puede contactarse por mail a [email protected] o telefónicamente al 4588-5555 Interno 2.

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Karina Pontoriero

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19 agosto, 2019

Cuando un bebé o un niño se enferma o tiene un accidente es importante que los adultos traten de mantener la calma para contenerlos y brindarles la atención necesaria.

Los adultos cuentan con varios recursos para ayudar a los menores, pero siempre –ante cualquier duda- es necesario llamar al Servicio de Emergencias Médicas y seguir las indicaciones que brindan los operadores, quienes prestarán ayuda para brindar los primeros auxilios hasta la llegada de la ambulancia.

RCP en bebés y niños

Si el bebé o niño no responde o está desvanecido, deberá presionar el pie o los hombros para estimularlo o despertarlo y corroborar la respiración durante no más de 10 segundos. Si no recibe ninguna respuesta o comprueba que no respira o no tiene pulso, necesitará realizarle compresiones torácicas (RCP) lo antes posible. Siga los siguientes pasos:

1 – Pídale a alguien que llame al Servicio de Emergencias Médicas (en Buenos Aires es el número 107). Si está solo, llame y ponga el teléfono en altavoz para escuchar las indicaciones del operador.

2 – Inicie las compresiones torácicas justo en el medio del pecho, en la línea de los pezones (a la altura del esternón). Si es un bebé de menos de un año, realizará compresiones con los dedos índice y mayor, ubicados en posición vertical, a una profundidad de 4 centímetros. Si el niño es mayor a un año se realizan compresiones de 5 centímetros de profundidad con el talón de una mano. Deben realizarse de 100 a 120 compresiones por minuto.

3 – Si el bebé o niño no recupera la respiración o el pulso, no tose ni se mueve, tendrá que continuar realizando las compresiones hasta la llegada de la ambulancia.

Ahogamiento

Los ahogamientos son la tercera causa de muerte por lesiones no intencionales en el mundo y los niños de entre 2 a 5 años son quienes más riesgos corren. Cuando un niño es rescatado del agua en estado inconsciente y no responde, es necesario llamar a una ambulancia e iniciar las maniobras de RCP con el soporte de los operadores de cabina, tal como se ha explicado más arriba.

Para evitar situaciones de ahogamiento es fundamental que los adultos estén alerta, incluso a la hora del baño (2 centímetros de agua son suficientes para que un niño se ahogue). No dejar al niño solo o sin supervisión, especialmente en lugares donde hay piscinas que no cuentan con cerco de protección.

Atragantamiento

Los niños, generalmente, se atragantan mientras comen o juegan. Es en esos momentos cuando los adultos deben prestar mayor atención, cuidar que consuman bocados pequeños de alimentos blandos y que no se lleven objetos o juguetes pequeños a la boca, especialmente si están corriendo, que es cuando hay más chances de accidentarse.

Si de todas formas el niño se atraganta, pídale que tosa. Si puede toser, no debe hacer nada más que animarlo a que siga tosiendo. Si el bebé o niño no puede toser, llame al Servicio de Emergencias Médicas e inicie las maniobras de desobstrucción de la vía aérea:

1) En menores de un año: Sostenga al bebé boca abajo sobre su antebrazo, con la cabeza más abajo que el resto del cuerpo. La mano de ese mismo brazo debe estar sobre la barbilla y con los dedos índice y mayor deberá mantener la boca del bebé abierta.

2) Con la mano libre, dé 5 golpes fuertes en la espalda, justo entre los omóplatos. Si no expulsa el cuerpo extraño, puede darlo vuelta y chequear que esté visible. Solo retire el cuerpo extraño si está visible y de fácil acceso, de lo contrario podría empeorar la situación. Si no hay cambios, realice 5 compresiones torácicas con los dedos de la mano en el centro del pecho, un poco más abajo de una línea imaginaria trazada entre los dos pezones.

3) Repita el ciclo de 5 palmadas boca abajo y 5 compresiones boca arriba hasta que expulse el objeto, pierda el conocimiento a llegue la ambulancia.

4) Si el bebé pierde el conocimiento, realice compresiones torácicas solamente hasta la llegada de la ambulancia.

Si quien se atraganta es un niño mayor a un año y no puede toser, debe realizar una maniobra abdominal llamada maniobra de Heimlich:

1) Arrodíllese o párese detrás del niño y rodéelo con los brazos.

2) Forme un puño con una mano y coloque el pulgar levemente por encima del ombligo.

3) Sostenga el puño con la otra mano y realice compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro del estómago, como dibujando una letra J.

4) Continúe con estas compresiones hasta que el niño expulse el objeto, llegue la ambulancia o pierda el conocimiento. Si pierde el conocimiento deberá iniciar las maniobras de RCP.

Intoxicación por monóxido de carbono

En invierno son habituales las intoxicaciones por monóxido de carbono, algo totalmente evitable si se tomaran las medidas precautorias, como permitir la entrada de aire en los ambientes y ontrolar las instalaciones de gas.
Los primeros síntomas de intoxicación por inhalación de monóxido de carbono son náuseas y vómitos, mareos, fatiga y sensación de embotamiento. Cuando el cuadro empeora, las personas intoxicadas pueden mostrar confusión o convulsionar. Lo principal es abrir ventanas e intentar que la persona respire aire puro hasta la llegada de la ambulancia.

Intoxicación por medicamentos o productos químicos

Las intoxicaciones por tocar, oler o consumir medicamentos o productos químicos requieren atención inmediata. En estos casos, además de comunicarse con el Servicio de Emergencias Médicas, es recomendable llamar también al Centro Nacional de Intoxicaciones del Hospital Posadas (Tel: 0800-333-0160) para recibir la indicaciones correctas de acuerdo con cada situación particular.

¿Qué se puede hacer mientras tanto? Si el niño tocó un producto tóxico, lavar la zona con abundante agua durante 15 a 20 minutos.

Si el producto salpicó el ojo, retirar los restos con un paño suave y lavar durante 20 minutos con abundante agua. Si inhaló un producto tóxico, es necesario trasladar al niño a un lugar abierto y bien ventilado.

Como medida de prevención es fundamental no dejar medicamentos, productos de limpieza o venenos al alcance de los menores.

Dificultad respiratoria y convulsiones

Hay situaciones comunes que requieren asistencia médica inmediata (es decir, llamar a una ambulancia). Por ejemplo, un bebé necesita atención cuando respira rápido y con silbidos o ronquidos; cuando se le hunde el pecho al respirar; cuando presenta decaimiento y rechaza la comida; si tiene más de 38° de temperatura; si la piel o labios se ven azules, morados o grises.

Si un niño actúa raro, tiene dificultad para hablar o respirar o está más retraído y menos alerta, es necesario que un profesional de la salud lo vea con urgencia. Mientras tanto, se lo puede incorporar para que mejore la respiración. También debe aspirar las secreciones nasales con un sacamocos para liberar la vía aérea.

Convulsiones

En caso de que presente convulsiones: ponga al niño de costado para evitar que aspire el vómito o secreciones y conténgalo para que no se golpee.

Traumatismos

Las caídas y golpes son frecuentes en los niños. Algunas son de mayor gravedad que otras, por eso es necesario tomar algunas precauciones: vigilar y sostener siempre a los bebés cuando estén en la cama o cambiador (se puede colocar piso de goma eva alrededor de la cuna para amortiguar las caídas); controlar las escaleras y tratar de que no suban o bajen solos.

Si un chico se cae y presenta dolor fuerte en algún miembro, no es recomendable moverlo del lugar hasta que llegue la ayuda médica. Si después de un golpe en la cabeza, su lucidez disminuye, se muestra confundido, tiene vómitos o dificultad para caminar, deberá ser revisado por un médico inmediatamente.

Llamado al Sistema de Emergencias Médicas

Cuando se llama a un servicio de emergencias médicas es importante mantener la calma, responder con claridad las preguntas del operador y seguir sus instrucciones. Para facilitar la llegada de la ambulancia y que el bebé o niño reciba la atención adecuada, deberá suministrar la siguiente información:

  • Nombre completo del paciente y del adulto que realiza la llamada
  • Describir lo más claramente posible los síntomas y signos que presenta el paciente y su evolución.
  • Indicar la dirección, incluyendo las entre calles y barrio o ciudad.
  • Suministrar un teléfono alternativo por si se corta la llamada

 

Asesoró: Dra. Deborah Berenstein, Coordinadora Médica de Pediatría de Acudir Emergencias Médicas.
Fuentes:
– Ministerio de Salud y Desarrollo Social
– Sociedad Argentina de Pediatría

Karina Pontoriero

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21 mayo, 2019

El fin de semana pasado, 11 pediatras participaron de la primera capacitación Pediatric Advanced Life Support (PALS) en el Centro de Capacitación y Entrenamiento Acudir. PALS es un curso intensivo diseñado por la American Heart Association (AHA) para profesionales de la salud que deseen practicar y afianzar sus conocimientos y habilidades en el manejo de las emergencias pediátricas donde hay riesgo de vida, como la insuficiencia respiratoria, circulatoria o el paro cardíaco. Los contenidos de esta capacitación abarcan: cadena de supervivencia; reconocimiento de insuficiencia respiratoria y shock; soporte vital básico en pacientes pediátricos; manejo de la vía aérea en niños y lactantes; accesos endovenosos, reconocimiento del ritmo cardíaco y paro cardiorrespiratorio, uso del DEA, entre otros.

A lo largo de dos jornadas, los alumnos trabajaron en equipo con diferentes casos clínicos de pacientes pediátricos. En cada caso cumplieron diferentes roles; debieron evaluar la situación, tomar decisiones, liderar o coordinar a su equipo e indicar las acciones o tratamientos a seguir. Luego de cada simulacro, junto a los instructores, evaluaron su desempeño y reflexionaron sobre puntos a mejorar.

El curso estuvo a cargo de los Dres. Deborah Berenstein, Coordinadora Médica de Pediatría de Acudir, el Dr. Juan Rueda, Pediatra de Acudir y residente de Neonatología en el Hospital Posadas, la Dra. Valeria Aprea, médica del servicio de Terapia Intensiva del Hospital de Niños Pedro de Elizalde y el Dr. Raúl Gómez Traverso, coordinador del Comité de Emergencias del mismo hospital y director de la carrera de Emergentología Pediátrica, todos colaboradores del CCEA. En esta primera oportunidad fueron supervisados por Fabián Gelpi, instructor de la AHA.

El principal objetivo del CCEA es brindar habilidades y conceptos actualizados a los profesionales para dar mayor probabilidad de sobrevida a los pacientes de acuerdo con las últimas evidencias. En ese sentido, contar ahora con PALS en nuestra oferta de capacitaciones nos permite ofrecer una formación avanzada para asistir eficazmente a la población pediátrica”, expresó el Dr. Miguel Pedraza, Director Médico del Centro de Capacitación y Entrenamiento Acudir.

Esta capacitación está dirigida a médicos, enfermeros profesionales, personal de servicios de emergencias y otros profesionales que trabajan con pacientes pediátricos.

 

 

 

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Karina Pontoriero

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