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Cuándo llamar a una ambulancia pediátrica y cómo ayudar hasta su llegada

19 agosto, 2019 by Karina Pontoriero

Cuando un bebé o un niño se enferma o tiene un accidente es importante que los adultos traten de mantener la calma para contenerlos y brindarles la atención necesaria.

Los adultos cuentan con varios recursos para ayudar a los menores, pero siempre –ante cualquier duda- es necesario llamar al Servicio de Emergencias Médicas y seguir las indicaciones que brindan los operadores, quienes prestarán ayuda para brindar los primeros auxilios hasta la llegada de la ambulancia.

RCP en bebés y niños

Si el bebé o niño no responde o está desvanecido, deberá presionar el pie o los hombros para estimularlo o despertarlo y corroborar la respiración durante no más de 10 segundos. Si no recibe ninguna respuesta o comprueba que no respira o no tiene pulso, necesitará realizarle compresiones torácicas (RCP) lo antes posible. Siga los siguientes pasos:

1 – Pídale a alguien que llame al Servicio de Emergencias Médicas (en Buenos Aires es el número 107). Si está solo, llame y ponga el teléfono en altavoz para escuchar las indicaciones del operador.

2 – Inicie las compresiones torácicas justo en el medio del pecho, en la línea de los pezones (a la altura del esternón). Si es un bebé de menos de un año, realizará compresiones con los dedos índice y mayor, ubicados en posición vertical, a una profundidad de 4 centímetros. Si el niño es mayor a un año se realizan compresiones de 5 centímetros de profundidad con el talón de una mano. Deben realizarse de 100 a 120 compresiones por minuto.

3 – Si el bebé o niño no recupera la respiración o el pulso, no tose ni se mueve, tendrá que continuar realizando las compresiones hasta la llegada de la ambulancia.

Ahogamiento

Los ahogamientos son la tercera causa de muerte por lesiones no intencionales en el mundo y los niños de entre 2 a 5 años son quienes más riesgos corren. Cuando un niño es rescatado del agua en estado inconsciente y no responde, es necesario llamar a una ambulancia e iniciar las maniobras de RCP con el soporte de los operadores de cabina, tal como se ha explicado más arriba.

Para evitar situaciones de ahogamiento es fundamental que los adultos estén alerta, incluso a la hora del baño (2 centímetros de agua son suficientes para que un niño se ahogue). No dejar al niño solo o sin supervisión, especialmente en lugares donde hay piscinas que no cuentan con cerco de protección.

Atragantamiento

Los niños, generalmente, se atragantan mientras comen o juegan. Es en esos momentos cuando los adultos deben prestar mayor atención, cuidar que consuman bocados pequeños de alimentos blandos y que no se lleven objetos o juguetes pequeños a la boca, especialmente si están corriendo, que es cuando hay más chances de accidentarse.

Si de todas formas el niño se atraganta, pídale que tosa. Si puede toser, no debe hacer nada más que animarlo a que siga tosiendo. Si el bebé o niño no puede toser, llame al Servicio de Emergencias Médicas e inicie las maniobras de desobstrucción de la vía aérea:

1) En menores de un año: Sostenga al bebé boca abajo sobre su antebrazo, con la cabeza más abajo que el resto del cuerpo. La mano de ese mismo brazo debe estar sobre la barbilla y con los dedos índice y mayor deberá mantener la boca del bebé abierta.

2) Con la mano libre, dé 5 golpes fuertes en la espalda, justo entre los omóplatos. Si no expulsa el cuerpo extraño, puede darlo vuelta y chequear que esté visible. Solo retire el cuerpo extraño si está visible y de fácil acceso, de lo contrario podría empeorar la situación. Si no hay cambios, realice 5 compresiones torácicas con los dedos de la mano en el centro del pecho, un poco más abajo de una línea imaginaria trazada entre los dos pezones.

3) Repita el ciclo de 5 palmadas boca abajo y 5 compresiones boca arriba hasta que expulse el objeto, pierda el conocimiento a llegue la ambulancia.

4) Si el bebé pierde el conocimiento, realice compresiones torácicas solamente hasta la llegada de la ambulancia.

Si quien se atraganta es un niño mayor a un año y no puede toser, debe realizar una maniobra abdominal llamada maniobra de Heimlich:

1) Arrodíllese o párese detrás del niño y rodéelo con los brazos.

2) Forme un puño con una mano y coloque el pulgar levemente por encima del ombligo.

3) Sostenga el puño con la otra mano y realice compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro del estómago, como dibujando una letra J.

4) Continúe con estas compresiones hasta que el niño expulse el objeto, llegue la ambulancia o pierda el conocimiento. Si pierde el conocimiento deberá iniciar las maniobras de RCP.

Intoxicación por monóxido de carbono

En invierno son habituales las intoxicaciones por monóxido de carbono, algo totalmente evitable si se tomaran las medidas precautorias, como permitir la entrada de aire en los ambientes y ontrolar las instalaciones de gas.
Los primeros síntomas de intoxicación por inhalación de monóxido de carbono son náuseas y vómitos, mareos, fatiga y sensación de embotamiento. Cuando el cuadro empeora, las personas intoxicadas pueden mostrar confusión o convulsionar. Lo principal es abrir ventanas e intentar que la persona respire aire puro hasta la llegada de la ambulancia.

Intoxicación por medicamentos o productos químicos

Las intoxicaciones por tocar, oler o consumir medicamentos o productos químicos requieren atención inmediata. En estos casos, además de comunicarse con el Servicio de Emergencias Médicas, es recomendable llamar también al Centro Nacional de Intoxicaciones del Hospital Posadas (Tel: 0800-333-0160) para recibir la indicaciones correctas de acuerdo con cada situación particular.

¿Qué se puede hacer mientras tanto? Si el niño tocó un producto tóxico, lavar la zona con abundante agua durante 15 a 20 minutos.

Si el producto salpicó el ojo, retirar los restos con un paño suave y lavar durante 20 minutos con abundante agua. Si inhaló un producto tóxico, es necesario trasladar al niño a un lugar abierto y bien ventilado.

Como medida de prevención es fundamental no dejar medicamentos, productos de limpieza o venenos al alcance de los menores.

Dificultad respiratoria y convulsiones

Hay situaciones comunes que requieren asistencia médica inmediata (es decir, llamar a una ambulancia). Por ejemplo, un bebé necesita atención cuando respira rápido y con silbidos o ronquidos; cuando se le hunde el pecho al respirar; cuando presenta decaimiento y rechaza la comida; si tiene más de 38° de temperatura; si la piel o labios se ven azules, morados o grises.

Si un niño actúa raro, tiene dificultad para hablar o respirar o está más retraído y menos alerta, es necesario que un profesional de la salud lo vea con urgencia. Mientras tanto, se lo puede incorporar para que mejore la respiración. También debe aspirar las secreciones nasales con un sacamocos para liberar la vía aérea.

Convulsiones

En caso de que presente convulsiones: ponga al niño de costado para evitar que aspire el vómito o secreciones y conténgalo para que no se golpee.

Traumatismos

Las caídas y golpes son frecuentes en los niños. Algunas son de mayor gravedad que otras, por eso es necesario tomar algunas precauciones: vigilar y sostener siempre a los bebés cuando estén en la cama o cambiador (se puede colocar piso de goma eva alrededor de la cuna para amortiguar las caídas); controlar las escaleras y tratar de que no suban o bajen solos.

Si un chico se cae y presenta dolor fuerte en algún miembro, no es recomendable moverlo del lugar hasta que llegue la ayuda médica. Si después de un golpe en la cabeza, su lucidez disminuye, se muestra confundido, tiene vómitos o dificultad para caminar, deberá ser revisado por un médico inmediatamente.

Llamado al Sistema de Emergencias Médicas

Cuando se llama a un servicio de emergencias médicas es importante mantener la calma, responder con claridad las preguntas del operador y seguir sus instrucciones. Para facilitar la llegada de la ambulancia y que el bebé o niño reciba la atención adecuada, deberá suministrar la siguiente información:

  • Nombre completo del paciente y del adulto que realiza la llamada
  • Describir lo más claramente posible los síntomas y signos que presenta el paciente y su evolución.
  • Indicar la dirección, incluyendo las entre calles y barrio o ciudad.
  • Suministrar un teléfono alternativo por si se corta la llamada

 

Asesoró: Dra. Deborah Berenstein, Coordinadora Médica de Pediatría de Acudir Emergencias Médicas.
Fuentes:
– Ministerio de Salud y Desarrollo Social
– Sociedad Argentina de Pediatría


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