La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una condición en la que la fuerza del flujo sanguíneo contra las paredes de las arterias es consistentemente alta.
Si no se controla adecuadamente, esto puede provocar una serie de problemas de salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal y otros problemas médicos graves.
Los factores de riesgo pueden ser:
- Antecedentes familiares.
- Consumo excesivo de sal.
- Sedentarismo.
- Tabaquismo.
- Consumo excesivo de alcohol.
- La obesidad aumenta la carga en el corazón y puede contribuir a la presión arterial alta.
- Estrés.
- La hipertensión es más común en personas mayores.
Síntomas:
La hipertensión, a menudo es denominada “el asesino silencioso”, porque generalmente no presenta síntomas evidentes. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar:
- Dolores de cabeza recurrentes.
- Mareos.
- Zumbido en los oídos.
- Visión borrosa.
- Fatiga.
- Dificultad para respirar.
Prevención:
- Alimentación saludable: Reducir el consumo de sal y aumentar la ingesta de frutas, verduras y alimentos ricos en nutrientes como el potasio y el calcio.
- Realizar ejercicio con regularidad y mantener un peso saludable.
- Limitar el consumo de alcohol.
- No fumar.
- Gestionar el estrés con técnicas como el yoga, la meditación y la respiración profunda.
- Chequear la presión arterial regularmente y acudir al control médico anual.
La detección temprana es fundamental para favorecer al tratamiento adecuado y preservar la salud. Es recomendable consultar con un médico para obtener orientación personalizada sobre cómo prevenir y manejar la hipertensión arterial.