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Las vacunas activan las defensas de nuestro organismo, fortalecen el sistema inmune y nos ayudan a resistir infecciones. Son, en definitiva, la mejor manera de protegernos cuando entramos en contacto con ciertas enfermedades que, en algunos casos, pueden ser de gravedad.

Al recibir una vacuna, el sistema inmune comienza a producir anticuerpos que le permiten luchar contra las enfermedades y, como está diseñado para recordar, luego de aplicarse una o dos dosis de una vacuna, las personas quedamos protegidas contra esa enfermedad durante años e incluso durante toda la vida. Si en algún momento estamos expuestos al microbio o virus contra el que fuimos vacunados, nuestro sistema inmunitario podrá destruirlo rápidamente antes de que empecemos a sentirnos mal.

Si nos vacunamos:
✔️Se reduce el riesgo de contraer una infección.
✔️Se reducen las posibilidades de transmitir el virus o bacteria a los demás.
✔️Se protege a quienes -por edad, alergias u otra condición- no pueden recibir una vacuna.

Por eso, vacunarse es también una responsabilidad social, ya que no solo nos protege a cada uno de nosotros, sino a toda la comunidad.

Las vacunas son seguras y se testean continuamente para detectar, prevenir y evitar efectos adversos. Pueden causar efectos secundarios leves (como fiebre, dolor en el lugar de la aplicación, náuseas) que desaparecen en pocos días. Es importante que quede claro que los beneficios de vacunarse son superiores a los riesgos o efectos colaterales que nos pueda ocasionar la aplicación.

Si no nos vacunamos, corremos el riesgo de contraer enfermedades graves como sarampión, meningitis, difteria, neumonía, tétanos y poliomielitis, muchas de las cuales pueden ser discapacitantes y mortales. Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas salvan alrededor de 3 millones de vidas cada año.

En la Argentina está vigente un Calendario Nacional de Vacunación gratuito y obligatorio para todas las edades. Se puede consultar ingresando a este link.

Vacuna contra Covid-19

En el caso del COVID-19, se desarrollaron vacunas que, tras haberse comprobado que son seguras y eficaces contra la enfermedad, comenzaron a distribuirse y administrarse en todo el mundo. Sin embargo, todavía se desconoce a partir de qué porcentaje de vacunas aplicadas se podría considerar que se alcanzó una inmunidad colectiva.  Según la OMS “es posible que se llegue a distintas conclusiones en función de la comunidad objeto de estudio, la vacuna que se haya utilizado, los grupos demográficos a los que la vacuna se les haya administrado con carácter prioritario y otros factores”.

Fuentes:

  • Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • Ministerio de Salud de la Nación (MSN)

 


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¿Por qué es necesario vacunarse contra el coronavirus?

En la situación epidemiológica actual es de vital importancia instalar el concepto de las vacunas como un derecho que hay que ejercer y al Estado como responsable de proveer y asegurar el acceso a este insumo clave para toda la población.  Por otra parte, las vacunas también son una responsabilidad de todos los ciudadanos: Al vacunarnos nos protegemos a nosotros mismos y a quienes no están vacunados, lo que se conoce como “efecto rebaño”.

Si todos los individuos que tienen indicación se vacunan en tiempo y forma, desde el punto de vista de la salud pública, se interrumpe la circulación de los gérmenes, se beneficia la sociedad y se protege a quienes no pueden vacunarse, como niños, embarazadas, inmunocomprometidos, etc.

¿Es obligatorio aplicarse la vacuna contra Covid-19?

La vacuna que protege contra el Covid-19 no es obligatoria, pero es importante en este momento construir y fomentar la aceptación y confianza en la vacunación como una estrategia de salud pública solidaria, equitativa y beneficiosa para el bienestar y la salud de las personas y de la población.

El objetivo de la Campaña Nacional de Vacunación contra Covid-19 es vacunar a la población objetivo en el menor tiempo posible, manteniendo las medidas de cuidado. Por el momento, es prioritario que reciban la vacuna:

  • Personal de salud (escalonamiento en función de la estrategia de riesgo de la actividad)
  • Adultos mayores de 70 años y quienes vivan en hogares o geriátricos
  • Adultos de 60 a 69 años
  • Fuerzas armadas, de seguridad y personal de servicio penitenciario
  • Adultos de 18 a 59 años pertenecientes a grupo de riesgo
  • Personal docente y no docente
  • Otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis

¿Por qué hay que seguir manteniendo cuidados incluso después de vacunarse?

Hasta tanto se determine la eficacia definitiva de la vacuna, las medidas de prevención deben sostenerse. La vacunación se realizará en etapas, por lo que la disminución de la circulación viral no será inmediata. Mientras persistan personas susceptibles puede seguir existiendo personas enfermas que contagien, por eso los cuidados como uso de tapabocas, distancia social y lavado frecuente de manos, seguirán siendo medidas de cumplimiento necesario para evitar o disminuir la propagación del virus.

¿Es normal que una vacuna produzca efectos adversos? ¿Cuáles podrían ser?

Los eventos adversos son esperables ante la aplicación de cualquier vacuna. Respecto de las vacunas en estudio contra el COVID 19, estos efectos son, principalmente, leves o moderados y pueden desarrollarse en el transcurso del primer o segundo día después de la vacunación.

Los efectos adversos más frecuentes son dolor en el lugar de la inyección y/o hinchazón; fiebre, malestar general, dolor de cabeza y mialgia, entre otros.

¿Qué significa que una vacuna sea aprobada por ANMAT?

En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) debe autorizar una nueva vacuna de acuerdo a normas nacionales. Usualmente, se siguen los lineamientos generales de aprobación de un medicamento que implican, por un lado, la evaluación de la información para el registro del producto (resultados de ensayos preclínicos y clínicos, pruebas de estabilidad, esterilidad, etcétera) y, por el otro, una inspección al establecimiento productor, distribuidor o importador para habilitarlo y verificar las condiciones de producción y control de calidad.

Para el caso de emergencias o cuando las condiciones sanitarias hagan necesaria la disponibilidad de vacunas en desarrollo o de reducida disponibilidad de datos de seguridad y eficacia, las mismas podrán ser autorizadas conforme al procedimiento específico establecido por esta ANMAT, a fin de evaluar las condiciones de riesgo/beneficio para la disponibilidad de esa vacuna en el marco de la estrategia que fije nuestro país.

FUENTES:

  • Ministerio de Salud de la Nación
  • Sociedad Argentina de Infectología (SADI)
  • Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)

 


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Veinte millones de niños en todo el mundo –más de 1 de cada 10– no recibieron en 2018 vacunas vitales contra el sarampión, la difteria y el tétanos, según los nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.

A nivel mundial, la cobertura de inmunización con tres dosis de la vacuna contra la difteria, tétanos y tos ferina (DTP3), y una dosis de la vacuna contra el sarampión, se ha estancado desde 2010 en alrededor del 86%. Aunque esta cifra es elevada, no es suficiente. Se necesita una cobertura del 95% a escala mundial para garantizar la protección contra los brotes de enfermedades que pueden prevenirse con vacunas.

Las vacunas son una de nuestras herramientas más importantes para prevenir brotes y mantener al mundo seguro”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. “Aunque hoy en día la mayoría de los niños están siendo vacunados, la cifra de los que se quedan atrás es excesiva. Y lo que resulta inaceptable es que a menudo quienes no reciben la vacuna son precisamente quienes corren un mayor riesgo: los más pobres, los más marginados, los afectados por los conflictos o las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares”.

La mayoría de los niños no vacunados viven en los países más pobres, y un número desproporcionado se encuentra en estados frágiles o afectados por conflictos. Casi la mitad viven en sólo 16 países: Afganistán, Chad, Etiopía, Haití, Iraq, Malí, Níger, Nigeria, Pakistán, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Siria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Yemen.

Si estos niños se enferman corren el riesgo de sufrir graves consecuencias para su salud, y son quienes menos probabilidades tienen de acceder a tratamientos y cuidados que pueden salvar sus vidas.

Los brotes de sarampión revelan lagunas arraigadas en la cobertura, a menudo a lo largo de muchos años

Las disparidades en el acceso a la vacuna siguen siendo considerables entre los países y dentro de cada uno de ellos, independientemente de su nivel de ingresos. Esto ha dado lugar a brotes devastadores de sarampión en muchas partes del mundo, incluidos países que tienen altas tasas generales de vacunación.

En 2018 se registraron casi 350.000 casos de sarampión en todo el mundo, más del doble que en 2017.

El sarampión es un indicador en tiempo real de los lugares donde tenemos más trabajo que hacer para combatir las enfermedades prevenibles”, dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF. “Debido a que el sarampión es tan contagioso, un brote indica que las comunidades están dejando de recibir las vacunas debido al acceso, los costos o, en algunos lugares, la autocomplacencia. Tenemos que agotar todos los esfuerzos para inmunizar a cada niño”.

Diez países con la mayor tasa registrada de incidencia de de sarampión (2018) Cobertura con la primera dosis de sarampión (2010) Cobertura con la primera dosis de sarampión (2018)
1. Ucrania 56 91
2. República Democrática del Congo 74 80
3. Madagascar 66 62
4. Liberia 65 91
5. Somalia 46 46
6. Serbia 95 92
7. Georgia 94 98
8. Albania 99 96
9. Yemen 68 64
10. Rumania 95 90

Ucrania encabeza una lista diversa de países con la tasa de incidencia de sarampión más alta registrada en 2018. Aunque el país ha logrado vacunar a más del 90% de sus bebés, la cobertura ha sido reducida durante varios años, lo que ha dejado a un gran número de niños mayores y adultos en situación de riesgo.

En otros países con alta incidencia y alta cobertura hay grupos significativos de personas que no han recibido la vacuna contra el sarampión en el pasado. Esto demuestra que una baja cobertura a lo largo del tiempo, o la existencia de comunidades determinadas de personas no vacunadas, pueden desencadenar brotes mortales.

Datos de cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) disponibles por primera vez

También hay datos por primera vez sobre la cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que protege a las niñas contra el cáncer de cuello uterino más adelante en sus vidas. En 2018, en 90 países donde vive 1 de cada 3 niñas se había incorporado la vacuna contra el VPH en los programas nacionales. Sólo 13 de ellos son países de bajos ingresos. Esto lleva a que las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir los efectos devastadores del cáncer de cuello uterino sean quienes tienen menos probabilidades de recibir la vacuna.

La OMS y UNICEF, junto con asociados como Gavi, la Alianza para la Vacunación, están apoyando a los países para que fortalezcan sus sistemas de inmunización y la respuesta a los brotes, entre otras cosas mediante la vacunación sistemática de todos los niños, la realización de campañas de emergencia, y la capacitación y el equipamiento de los trabajadores de la salud. Todas estas medidas son esenciales para la prestación de servicios de salud de buena calidad en el nivel primario.

Fuente: Consenso Salud


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Ante la confirmación de un caso de rubéola importado en la provincia de Córdoba, la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación emitió una alerta epidemiológica para instar a los equipos de salud e intensificar la vigilancia epidemiológica de casos de Enfermedad Febril Exantemática, sensibilizar la sospecha clínica, difundir las recomendaciones a la problación para la prevención y consulta temprana en caso de presentar síntomas (fiebre y exantema). Además, destaca que las mujeres en edad fértil deben estar vacunadas para prevenir la aparición de casos de síndrome de rubéola congénita.

El Laboratorio Nacional de Referencia “Carlos G. Malbrán” confirmó un caso de rubéola en un adulto, que había sido originalmente notificado al Sistema Nacional de Vigilancia por el Laboratorio Central de la provincia de Córdoba. Se trata de un paciente de 27 años, extranjero, residente hace 3 años en la provincia, que viajó a China entre enero y abril del corriente año.  Pocos días después de su regreso comenzó con fiebre, posteriormente con exantema, además de adenopatías y catarro nasal. De la investigación surgió que durante su estadía en China había estado en contacto con una persona con exantema. El caso fue confirmado por serología y el paciente evoluciona favorablemente. Se detectaron a sus contactos, se realizaron las acciones de control y se alertó a los equipos de salud de las localidades de la provincia involucradas.

Antecedentes

Argentina ha logrado eliminar la circulación del virus de la rubeóla gracias a las acciones sistemáticas de vacunación. Los últimos casos endémicos de rubeóla y síndrome de rubeóla congénita se registraron en 2009. Desde la eliminación hasta diciembre de 2018 se confirmaron 4 casos, los dos últimos en el año 2014, en la ciudad de Buenos Aires.

Recomendaciones para el equipo de salud:

Verificar y completar esquema de vacunación de acuerdo a la edad
-De 12 meses a 4 años: deben acreditar UNA DOSIS de vacuna triple viral (sarampión-rubéola-paperas).
-Mayores de 5 años: deben acreditar DOS DOSIS de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida.
-Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque son considerados inmunes.

Intensificar la vigilancia epidemiológica de casos sospechosos de enfermedad febril exantemática (EFE)
– Se considera caso sospechoso a un paciente con fiebre mayor a 38°C y exantema o cualquier caso en que el profesional de la salud sospeche sarampión o rubeóla.
-La mujeres en edad fértil que hayan estado en contacto con casos sospechosos merecen especial atención. El principal objetivo de evitar la rubeóla es prevenir el síndrome de rubeóla congénita.
-Todo caso sospechoso deberá notificarse al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS), dentro de las 24 horas de detectado, con adelanto por vía telefonica a la autoridad local responsable en las primeras acciones del bloqueo.

Actividades ante un caso sospechoso

  • Informar inmediata y fehacientemente a la autoridad sanitaria por el medio disponible sin esperar resultados de laboratorio.
  • Ante la identificación de un caso sospechoso, notificar dentro de las 24 horas al SNVS por parte del personal que asista al paciente y del laboratorio que obtenga, reciba o procese muestras.
  • Confeccionar de manera completa la ficha de investigación epidemiológica y reportar los datos de la misma en la ficha de notificación originalmente registrada en la SNVS.
  • Recolectar muestras para el diagnóstico etiológico: Tomar siempre muestras de sangre y muestra para detección viral (orina hasta 14 días posteriores a la aparición de exantema e hisopado nasofaríngeo hasta 7 días posteriores). Todas las muestras deben ser estudiadas en forma simultánea para sarampión y rubeóla.
  • Disponer el aislamiento del paciente hasta los 7 dias siguientes del inicio del exantema para evitar contagios. Evitar la circulación en transportes públicos y dentro de instituciones. En caso de internación se deberá proceder al aislamiento respiratorio.

Además, se deberá realizar una investigación epidemiológica para identificar la fuente de infección y el seguimiento de los contactos.  Los contactos del paciente que no cuenten con el esquema de vacunación completo deberán recibir la vacuna triple viral a modo de vacunación de bloqueo.

Ante la confirmación de un caso, todos los contactos que tengan entre 6 y 12 meses de edad deberán recibir una dosis de vacuna tripe viral; lo menores de 6 meses y las personas inmunosuprimidas sin inmunidad previa, deberán recibir gammaglobulina. Entre los 13 meses y los 53 años será necesario asegurar dos dosis de vacuna con componente antisarampionoso.

Todo el personal de la salud debe contar con dos dosis de vacuna doble o triple viral para estar adecuadamente protegido. 

Fuente: Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación


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La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que estima que, entre los años 2000 y 2016, la vacuna contra el sarampión evitó unos 20,4 millones de muertes, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública.

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave, causada por un virus de la familia de los paramixovirus, que suele transmitirse a través del contacto directo y del aire. El virus infecta el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo.

Antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2-3 años se registraban importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes al año. La intensificación de las actividades de vacunación ha influido de forma decisiva en la reducción de las muertes por sarampión.

A nivel mundial sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños, a pesar de que existe una vacuna segura y eficaz. Los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir el sarampión y sus complicaciones, entre ellas la muerte. Las mujeres embarazadas sin vacunar también constituyen un importante grupo de riesgo. Sin embargo, puede infectarse cualquier persona que no esté inmunizada (es decir, que no haya sido vacunada y no haya sufrido la enfermedad).

El virus del sarampión es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas. El virus presente en el aire o sobre superficies infectadas sigue siendo activo y contagioso durante periodos de hasta 2 horas, y puede ser transmitido por un individuo infectado desde 4 días antes hasta 4 días después de la aparición del exantema.

Actualmente, no existe ningún tratamiento antiviral específico contra el virus del sarampión. La única forma de prevenirlo es mediante la vacuna.

Fuente: Consenso Salud y OMS


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La Campaña Nacional de Seguimiento contra el Sarampión y la Rubéola alcanzó una cobertura del 89%, según un informe de la Secretaría de Gobierno de Salud ante la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn). Durante octubre y noviembre, 2.500.000 de niñas y niños, de entre 13 meses y 4 años, recibieron una dosis adicional de la vacuna triple viral que protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas.

“Felicitamos a todas las provincias y en especial al trabajo y esfuerzo que realizaron todos los vacunadores del país que hicieron posible estos resultados”, expresó la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades Comunicables e Inmunoprevenibles, Miriam Burgos.
Esta campaña superó la cobertura del 81,7% de la campaña que se desarrolló en 2014. Todas las jurisdicciones alcanzaron o superaron el 80%.

Considero que la campaña fue exitosa al tener en cuenta que prácticamente llegamos al 90% en dos meses y realizamos la búsqueda de niños no vacunados durante 15 días más”, afirmó la presidenta de la Comisión para la Certificación de la Eliminación de la Circulación Endémica de Sarampión, Rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita, Ángela Gentile. De todas formas, la infectóloga expresó que se tiene que buscar los chicos que no han sido alcanzados por la estrategia para estar tranquilos de que no quedan suceptibles.

El titular de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DICEI), Cristian Biscayart indicó que “es una campaña en la cual podemos estar satisfechos; haber alcanzado casi el 90% es un buen logro porque habla de la reducción drástica de susceptibles de contraer la enfermedad. Aunque hay que buscar a los niños que faltan vacunar”, indicó.

La oferta viral en el mundo y en la región es importante. Argentina viene trabajando el tema con mucha conciencia y responsabilidad”, concluyó Biscayart quien también agradeció la fuerte vocación y trabajo de los vacunadores en todas las jurisdicciones como así también y la colaboración de las personas que apoyaron y difundieron la campaña.

Fuente: Consenso Salud


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El 23 de agosto de 1991 se diagnosticó por última vez la Poliomielitis en América. El virus fue eliminado por completo del continente en 1994. De Argentina había sido eliminado 10 años antes, en 1984, todo gracias a la vacuna Sabin.

La poliomielitis es una enfermedad muy infecciosa causada por el poliovirus, que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Invade el sistema nervioso y puede provocar parálisis, e incluso la muerte, en cuestión de horas. La enfermedad se transmite por agua o alimentos contaminados con materia fecal de una persona infectada. Los primeros síntomas son fiebre, cansancio, dolor de cabeza, vómitos, rigidez en la nuca o dolor en las extremidades. Una de cada 200 personas con poliomielitis sufre una parálisis irreversible, generalmente en las piernas; un porcentaje menor fallece porque el virus paraliza sus músculos respiratorios.

La epidemia mundial de esta enfermedad se declaró en 1953. De acuerdo con cifras oficiales, solo en el año 1956 se registraron y notificaron 6.490 casos, con una tasa de mortalidad del 33,7% en todo el país. A partir de 1964, años después de que se desarrollara la vacuna Sabin oral, la incidencia de la enfermedad comenzó a decrecer. Aunque, debido a la falta de continuidad en los programas de vacunación, los brotes se prolongaron por varios años.

Finalmente, gracias a campañas masivas de vacunación y a una estricta vigilancia, se logró que desde el año 1984 no se registraran más casos en la Argentina.

La poliomielitis no tiene cura y solo se puede prevenir mediante inmunización con las vacunas antipoliomielítica inyectable (IPV) y oral (OPV), que –administradas correctamente- protegen a los niños de por vida.

De acuerdo con el  Calendario Nacional de Vacunación la vacuna debe aplicarse:

  • a los 2 meses: primera dosis con la vacuna Salk inyectable.
  • a los 4 meses: segunda dosis con la vacuna Salk inyectable.
  • a los 6 meses: tercera dosis con la vacuna Sabin oral.
  • a los 15-18 meses: primer refuerzo con la vacuna Sabin oral.
  • a los 5-6 años (edad de ingreso a la escuela primaria): segundo refuerzo con la vacuna Sabin oral.

Si bien hace más de 30 años que no hay casos registrados de poliomielitis en el país, se trata de una enfermedad que aún no ha sido erradicada. En países como Afganistán, India, Nigeria y Pakistán todavía se registran casos que podrían propagarla. Vacunar es prevenir.

Fuentes:

  • OMS
  • Ministerio de Salud de la Nación

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La tuberculosis es una enfermedad producida por el bacilo de Koch, que se contagia comúnmente por la vía respiratoria cuando una persona enferma tose o estornuda y otra persona inhala el bacilo. La tos y los estornudos, el contacto íntimo y prolongado, el hacinamiento y la falta de ventilación e higiene de la vivienda aumentan los riesgos de contagio.

Los síntomas habituales son: tos persistente (puede ser con sangre), dolor en el tórax, debilidad o cansancio, falta de apetito, pérdida de peso, fiebre, escalofrío, sudoración nocturna. Muchas de las personas infectadas no presentan síntomas, lo que facilita la propagación de la enfermedad. En la mayoría de los casos, después de un período de incubación de 4 a 12 semanas, la infección cursa en forma asintomática o con síntomas inespecíficos, como fiebre, malestar general y tos, que ceden sin tratamiento puntual. Posteriormente permanece en forma latente y el riesgo de que se reactive en algún momento de la vida es de un 10% a un 20%.

Si bien en los adultos es más frecuente y se asocia, generalmente, a reactivación de la infección con compromiso pulmonar, los niños tienen mayor riesgo de desarrollar infecciones graves y diseminadas. Ser menor de 5 años, estar malnutrido, convivir con un adulto con tuberculosis activa o con alto riesgo de contraerla,  estar infectado con VIH u otra enfermedad que debilite el sistema inmunológico, son factores que se asocian con mayor riesgo de desarrollar enfermedad.

Los niños que viajan a un país donde la tuberculosis es endémica y tengan contacto prolongado con personas que viven allí; los niños que viven en refugios o con alguien que haya estado en la cárcel, también corren mayores riesgos de enfermarse. Lo más común es que los niños se infecten por un adulto infectado. No es habitual que un chico con tuberculosis contagie, ya que suelen tener muy pocas bacterias en su mucosidad y su tos es relativamente ineficaz.

¿Qué pasa en Argentina?

En los últimos años aumentó el número de casos de tuberculosis en nuestro país y en el mundo. Solo en Argentina, dos años atrás se notificaron 11.560 casos nuevos y se incrementó la mortalidad, que fue 5% mayor que en el 2015. Actualmente, es la novena causa de muerte a nivel mundial y la primera por enfermedades infecciosas.

La BCG es la única vacuna disponible para el control de la Tuberculosis, por lo que vacunar a los recién nacidos es un derecho y una responsabilidad de toda la comunidad. La vacuna BCG es parte del Calendario Nacional de Vacunación y se aplica a los bebés recién nacidos antes de ser dados de alta, para protegerlos de las formas graves de tuberculosis, como meningitis.

A  pesar de muchos logros y avances, la tuberculosis continúa siendo un problema importante de la Salud pública en todo el mundo, especialmente en algunos lugares de a América Latina, debido a que es una infección asociada directamente a la situación socioeconómica, favorecida por las migraciones, con un incremento de poblaciones en situación marginal.

Es importante destacar que la tuberculosis tiene tratamiento; este  dependerá de la fase en que se diagnostique la enfermedad. ¿Cómo se diagnostica? El diagnóstico de la infección se hace con la prueba de la tuberculina, que consiste en inyectar una pequeña cantidad de tuberculina en la piel del antebrazo y medir el resultado a los 3 días.

Los niños que están en riesgo de contraer tuberculosis deben hacerse una prueba cutánea de tuberculina. Esta prueba se realiza en el consultorio del pediatra.

Asesoraron: Dras. Deborah Berenstein y Eliana Anteliz García

Fuentes:

  • Ministerio de Salud de la Nación
  • “Actualización en Inmunizaciones a distancia 2018”, Hospital de Niños Ricardo Guitérrez
  • Vacuna BCG, Dra. Miriam E. Bruno, Htal. Carlos G. Durand

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Se acerca el invierno y el virus de la gripe empieza a circular por el ambiente. Esta infección se contagia muy fácilmente a través de secreciones producidas cuando tosemos, estornudamos o hablamos. Para prevenir el contagio es importante lavarse frecuentemente las manos y cubrirnos la boca y la nariz, con un pañuelo descartable o la parte interna del codo, al toser o estornudar. “También es recomendable ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados”, dice el Dr. Agustín Apesteguía, Gerente Médico de Acudir. Es fundamental transmitir estos conocimientos a los más pequeños y que adopten el hábito lavarse las manos a menudo.

Si bien las personas que se enferman suelen recuperarse en pocos días, en niños pequeños, adultos mayores, embarazadas o personas con enfermedades crónicas, el virus puede desencadenar graves complicaciones; es por eso que en estos casos es obligatorio vacunarse contra la gripe.

Cada año, durante el otoño, todas las personas que formen parte de grupos de riesgo se deben vacunar. Esto incluye a:

  • Bebés de entre 6 y 24 meses.
  • Mujeres embarazadas en cualquier momento de la gestación.
  • Puérperas hasta el egreso de la maternidad (si no se vacunaron durante el embarazo).
  • Adultos mayores de 65 años.
  • Trabajadores de la salud.
  • Personas con enfermedades respiratorias y/u otras enfermedades crónicas o graves.

Este año, la vacuna antigripal incluye tres cepas: Influenza A H3N2, Influenza B y la cepa A H1N1”, explica el Dr. Apesteguía.  Y agrega que “está disponible en los 8600 vacunatorios de todo el país”. Su aplicación es gratuita para quienes forman parte de los mencionados grupos de riesgo.


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Ante la circulación del virus de sarampión en países de todo el mundo, y debido al tránsito de personas desde y hacia países actualmente afectados, el Ministerio de Salud de la Nación emitió un alerta para difundir una serie de recomendaciones para la población y notificar al personal sanitario los protocolos que deben seguirse si se detecta algún caso sospechoso.El sarampión es una enfermedad viral, que se transmite por el contacto directo y por el aire (tos, saliva, secreciones). Es una de las principales causas de muerte en niños menores de 5 años.

¿Cómo se manifiesta? Lo más característico es fiebre, rinorrea, tos, conjuntivitis, para luego agregar un exantema que suele comenzar en cara y cuello, extendiéndose a todo el cuerpo por un lapso de 6-7 días de duración. Las complicaciones más graves son encefalitis, ceguera, diarrea con deshidratación e infecciones respiratorias bajas (neumonías).

Los niños menores de 5 años, las embarazados no inmunizadas, las personas mal nutridas o inmunosuprimidas son los que están en riesgo, además de toda la población no vacunada“, explica el Dr. Agustín Apesteguía, Director Médico de Acudir.

Al no existir un tratamiento específico para la cura de esta enfermedad, la prevención es fundamental.  Manener una buena nutrición, niveles adecuados de Vitamina A, cumplir con el calendario de vacunación y tener un alerta temprano ante sospecha de infección son muy importantes para evitar contagios“, agrega.

En Argentina, no se registran casos autóctonos de sarampión desde el año 2000 y de rubéola y síndrome de rubéola congénita (SRC) desde el año 2009.

La Región de las Américas fue la primera del mundo en ser declarada libre de los virus de la rubéola en 2015 y del sarampión en 2016, por un Comité Internacional de Expertos (CIE), pero en el 2017, cuatro países (Argentina, Canadá, EEUU y Venezuela) notificaron casos confirmados de sarampión. Mientras tanto, en Europa se cuadruplicó el número de casos respecto del año 2016. El 72% de los casos se concentra en Rumania, Italia y Ucrania.

Al haberse notificado un caso importado de sarampión en el país, el Ministerio de Salud de la Nación emitió un alerta  con recomendaciones para profesionales y turistas.

Esquema de vacunación

  • Niños de 12 meses a 4 años deben acreditar UNA DOSIS de vacuna triple viral (sarampión-rubéola, paperas)
  • Niños y adultos de 5 a 50 años deben acreditar DOS DOSIS de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida.
  • Las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse.

Los casos sospechosos de sarampión y rubéola constituyen Eventos de Notificación Obligatoria regulados por la Ley 15.465, que obliga a todos los profesionales médicos y bioquímicos a realizar la notificación de los mismos (se desempeñen en cualquiera de los subsectores de atención: público, privado o de la seguridad social). Se considera caso sospechoso a un paciente con fiebre (temperatura axilar mayor a 38ºC) y exantema, o todo caso en que el profesional de la salud sospeche sarampión o rubéola. Todo caso sospechoso deberá notificarse al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud.

Recomendaciones para viajeros

  • Verificar que se haya completado el esquema de vacunación, según el Calendario Nacional de Vacunación. De no contar con las 2 dosis recomendadas, la vacuna debe ser aplicada mínimo 15 días antes del viaje.
  • Los niños de 6 a 11 meses que viajen a áreas de circulación viral activa deben recibir una dosis de vacuna triple viral. Esta dosis no debe ser tenida en cuenta como esquema de vacunación. Se administrarán las dosis correspondientes al Calendario Nacional de Vacunación al año de vida y al ingreso escolar.
  • En caso de verificar la aparición de fiebre y erupción cutánea durante el viaje o dentro de las tres semanas del regreso, consultar inmediatamente al médico informando el antecedente de viaje. No concurrir a lugares públicos hasta obtener el alta médica.
  • Ante una situación de brote, las autoridades sanitarias podrán ampliar las indicaciones de vacunación.

Fuentes:

  1. OMS
  2. Ministerio de Salud de la Nacion
  3. Sociedad Argentina de Infectología (SADI)

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