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Salud y Prevención.

Nutrición en la Infancia.

Consejos para favorecer una nutrición saludable en los niños:

  • Que el momento de las comidas sea en un clima familiar, relajado, contenedor y favorable emocionalmente.
  • Que la alimentación sea variada y equilibrada, incluyendo todos los grupos alimenticios, como frutas y verduras, legumbres, cereales, lácteos, carnes, huevos, aceites, frutas secas y semillas.
  • Tomar agua segura o potable a diario para tener una buena hidratación.
  • Cocinar con poca sal, o sin ella.
  • Ayudarlos a elegir alimentos saludables. Tener a disposición en el hogar este tipo de alimentos. Los adultos del entorno deben ser un buen ejemplo de hábitos alimentarios.
  • No sustituir comida por golosinas o alimentos de escaso valor nutritivo. La cantidad de comida depende del apetito del niño, sin forzarlo.
  • Limitar el consumo de comidas con alto porcentaje de azúcares y grasas(por ejemplo: golosinas, snacks, bebidas azucaradas). Éstos contribuyen a aumentar el riesgo de sobrepeso, obesidad, caries y otras enfermedades.
  • En los niños de 0 a 6 meses la alimentación principal es a través de la lactancia materna.
  • Evitar el uso de pantallas a la hora de comer.
  • No premiar ni castigar la conducta del niño con alimentos o comidas.

Es importante contar con el asesoramiento del pediatra para generar hábitos saludables en la infancia, y mantener la regularidad en la consulta pediátrica anual, en la cual se realizan los controles de peso y talla para poder evaluar el correcto desarrollo de los niños.

 

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Una alimentación saludable beneficia la salud del corazón, mantiene la presión arterial adecuada, mejora el sistema inmune y la calidad de vida en general.
 
¿Qué hábitos de alimentación podemos incorporar para favorecer a la salud?
  • Consumir mayormente frutas y verduras.
  • Incorporar legumbres, cereales y sus derivados integrales. La papa, batata, choclo y mandioca se incluyen en este grupo.
  • Consumir diariamente leche, yogur o queso, preferentemente descremados.
  • Optar por comidas caseras o elaboradas en el momento, con alimentos frescos y naturales.
  • Hidratarse con agua segura en vez de bebidas industrializadas o jugos en polvo.
  • Limitar el consumo de sal y de los alimentos con exceso de contenido de sodio, azúcar y grasas. Evitar el consumo de productos procesados, fiambres y aderezos.
  • Al consumir carnes, quitarles la grasa visible; aumentar el consumo de pescado e incluir huevo.
Para poder trabajar sobre un plan de alimentación adecuado y favorable para cada persona, es importante contar con el asesoramiento de los profesionales especializados en esta área, que son los nutricionistas.
 
En su día saludamos a todos los Nutricionistas que trabajan por la salud y la alimentación con profesionalismo y responsabilidad.

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¿Cómo llevar una alimentación saludable?

Una alimentación saludable es aquella que aporta los nutrientes y la energía necesarios para mantener la salud, y prevenir la aparición de enfermedades no transmisibles como afecciones cardíacas, diabetes, colesterol, hipertensión, ataque cerebrovascular, entre otras.

Por eso, es importante elegir alimentos variados, frescos y naturales como:

  • Frutas y verduras: aportan fibra, vitaminas y minerales.
  • Carnes y huevos: son fuente de hierro y proteínas.
  • Leche, yogur y quesos: son ricos en calcio y proteínas.
  • Legumbres, cereales, papas y pastas: tienen fibra, vitaminas y proteínas.
  • Aceites, frutas secas y semillas: brindan grasas esenciales y vitaminas.

También es importante:

  • Tomar 8 vasos de agua segura por día. No esperar a tener sed para hidratarse.
  • La leche materna es el mejor alimento para el bebé.
  • Siempre es mejor un alimento fresco (frutas, verduras, lácteos) que uno muy procesado (golosinas, galletitas).
  • Es fundamental evitar el exceso de sal, azúcar y grasas.

Para construir hábitos de alimentación saludables, llevar una alimentación equilibrada y prevenir enfermedades, es importante acudir a la consulta con un nutricionista, quien cuenta con la formación necesaria para poder dar la guía adecuada para cada persona.


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Llevar hábitos saludables es fundamental para prevenir enfermedades no transmisibles; es decir, aquellas que en gran medida se relacionan con la alimentación o el sedentarismo, como la Diabetes tipo II o las enfermedades cardiovasculares. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que implica un bienestar físico, mental y social. Para alcanzar ese bienestar y mejorar nuestra calidad de vida es necesario adoptar conductas que nos beneficien.

Los hábitos no se modifican de un día al otro. Por eso es recomendable dar pequeños pasos y hacer cambios paulatinos: De esta forma, hay más posibilidades de sostenerlos en el tiempo. A continuación, compartimos algunos consejos para comenzar un cambio de vida:

  1. Tomar más agua: Lo ideal es beber 2 litros de agua cada día. Para facilitar la ingesta de líquido, un tip es poner alarmas en el teléfono a modo de recordatorio o tomar 8 vasos de agua distribuidos en distintos momentos (dos vasos por la mañana, dos al mediodía, otros dos por la tarde y dos por la noche).
  2. Llevar una alimentación balanceada: Una alimentación equilibrada debe incluir verduras, frutas, cereales, legumbres y proteínas. En este punto, la planificación es clave. ¿Sugerencias? Primero, es recomendable consultar con un nutricionista. Pero, para empezar, es bueno organizar un menú semanal, hacer una lista de compras y tratar de comer comida casera. Cocinar puede ser un plan entretenido y ayuda a evitar o disminuir el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados. También es recomendable moderar el consumo de alcohol.
  3. Sumar movimiento: Hacer actividad física 30 minutos al día es bueno para el cuerpo y la mente. Las personas que no están acostumbradas o que realizan tareas sedentarias, pueden aprovechar las distintas aplicaciones y gadgets que ayudan a controlar los movimientos. Para no abandonar es preciso encontrar una actividad que entusiasme; puede ser caminar, andar en bici, nadar, etc. Lo importante es lograr constancia y, si se desea, proponerse pequeños objetivos para ser consciente del progreso. Siempre consultar a un médico para que realice un apto físico e indique la mejor actividad de acuerdo con su estado.
  4. Tratar de decirle adiós al cigarrillo: Los beneficios de dejar de fumar son innumerables.
  5. Descansar de manera adecuada: Lo ideal de dormir de 6 a 8 horas diarias. Tratar de regular y mantener un buen ritmo de sueño es necesario para un mejor rendimiento en todas las actividades y para recuperarse tras realizar ejercicio.
  6. Hacer alguna actividad placentera: Esto queda a gusto y criterio de cada persona. Puede ser meditar, pintar, cantar o bailar. Cualquier cosa que permita relajar y desconectar o despejarse.

El cambio de hábitos es un proceso y lleva su adaptación: Habrá días mejores que otros. Por eso, hay que ser flexibles y aceptar que a veces se puede fallar. En esos casos, evitar sentir culpa, no abandonar, ser paciente y retomar los buenos hábitos son pasos necesarios para tener éxito en este nuevo camino.


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