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La rabia es una enfermedad viral que afecta al sistema nervioso de los mamíferos, incluyendo a los seres humanos, en la gran mayoría de los casos presenta un desenlace fatal.

Es una enfermedad prevenible a través de la vacunación, tanto en animales como en humanos. En nuestro país los perros y los gatos son los principales transmisores de rabia, pero también pueden serlo algunos animales silvestres como los murciélagos.

El virus -que está presente en la saliva- se transmite a través de la herida causada por una mordedura, o bien cuando el animal lame una parte del cuerpo de la persona, lastimada recientemente.

 

Prevención:

  • Si se encuentra un murciélago, lo aconsejable es no tocarlo. Avisar al centro de zoonosis del municipio para que sea un técnico quien lo retire y lo envíe al laboratorio para su análisis.
  • En caso de sufrir una mordedura de un animal, lavar la herida con abundante agua y jabón, no aplicar alcohol ni otro desinfectante, y acudir rápidamente al centro de salud más cercano para evaluación médica inmediata.
  • Cuando esté indicado, debe aplicarse la vacuna antirrábica humana lo más inmediatamente posible después de ocurrida la exposición.
  • Vacunar a los perros y gatos contra la rabia, desde los 3 meses de edad y una vez por año durante toda su vida.

Síntomas en las personas.

Los síntomas que deben hacer sospechar el diagnóstico de rabia son:

  • Fiebre.
  • Inquietud.
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor de cabeza.
  • Sensación de hormigueo en el sitio de mordedura o lamedura, días después de haber sido agredido por un animal.

Una vez que comienzan los síntomas, es una enfermedad que no tiene cura y produce la muerte.

Síntomas en los animales.

En los perros y gatos los síntomas incluyen cambios de comportamiento, agresividad, salivación excesiva, imposibilidad de tragar o de beber, pupilas dilatadas, convulsiones, parálisis y muerte.

Los murciélagos con rabia también tienen cambios en el comportamiento, a menudo pueden verse de día y estar desorientados.

Ante la mordedura de un animal, sobre todo si es callejero, acudir inmediatamente a la consulta médica profesional.

Fuente de la nota: https://www.argentina.gob.ar


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Cada 28 de septiembre se conmemora en todo el mundo el Día contra la Rabia, una fecha establecida por la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC) y reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La elección de esta fecha no es azarosa: ese día, pero en 1895, falleció Luis Pasteur, el científico francés que creó la vacuna antirrábica y permitió así que se salvaran muchísimas vidas.

El propósito del Día Mundial contra la Rabia es que la sociedad tome conciencia de lo importante que es vacunar a los animales para proteger tanto su salud como la salud de las personas.

Según datos publicados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las acciones para la eliminación de la rabia humana transmitida por el perro en las Américas comenzaron en el año 1983, cuando se lanzó el Programa Regional de Eliminación de la Rabia. Desde entonces, la incidencia de la rabia humana transmitida por perros disminuyó un 98% en la región. Actualmente, la mayoría de los casos registrados están relacionados con la transmisión de la rabia por parte de animales silvestres, comúnmente, murciélagos.

La rabia es un virus potencialmente mortal que se transmite a través de la saliva de animales infectados que muerden a otros animales o a las personas. Los síntomas pueden demorar en manifestarse unas pocas horas o unos cuantos meses, dependiendo de la gravedad de la infección. Los más comunes son similares a los síntomas de una gripe: fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos o agitación. En cuadros más graves se observa ansiedad, desorientación, hiperactividad, dificultad para tragar, salivación excesiva, alucinaciones, insomnio y hasta parálisis parcial.

Según la OMS, el 40% de las víctimas de estas mordeduras son los niños y adolescentes menores de 15 años. Por eso es muy importante educar a los pequeños para que no se acerquen y mucho menos acaricien animales callejeros o desconocidos. También es fundamental mantener al día el calendario de vacunación de nuestras mascotas.

¿Cómo actuar ante una mordedura?

Si una persona es mordida por un animal es muy importante lavar la zona con abundante agua y jabón y acercarse lo más pronto posible a un centro de asistencia para recibir las curaciones necesarias e iniciar el tratamiento profiláctico, especialmente si no conoce al animal agresor. Actuar rápidamente es clave.


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Las mordeduras de animales son, lamentablemente, muy comunes. Pueden morder porque se sienten amenazados, porque están protegiendo su cría o territorio o porque están enfermos. La gran mayoría de las mordeduras son producidas por perros y en menor medida por gatos y roedores.

Aproximadamente un 10% de las heridas por mordeduras con atención médica requieren suturas y controles posteriores y un mínimo porcentaje necesita internación. En todos los casos, siempre es indispensable controlar que la herida no se infecte, algo habitual debido a los microorganismos propios de la flora de la piel de la víctima y la cavidad oral animal. No es raro que las infecciones sean polimicrobianas.

La mayoría de las mordeduras de animales se dan en niños de entre 5 y 9 años de edad y sobre todo durante los meses de verano. En alrededor de la mitad de casos, la agresión es  principalmente en las manos y brazos, aunque en los niños más pequeños, debido a su menor altura, es en la cabeza, cuello y cara. Muchas mordeduras son ocasionadas por animales conocidos por el niño (su mascota, la de algún vecino o familiar) más que por animales salvajes o desconocidos.

La mordedura de un perro es raramente letal si no afecta a grandes vasos, tórax o penetra en órganos vitales.También las mordeduras de gatos por su carácter punzante pueden alcanzar alguna articulación. Es importante buscar signos de infección más profundamente del lugar de inoculación en las heridas punzantes de los gatos. En niños con inmunodepresión, las mordeduras aparentemente insignificantes pueden causar una grave infección.

¿Qué hacer ante una mordedura?

Lavar la zona herida con agua y jabón. Comprimir con un paño limpio para cortar la hemorragia. Aplicar Pervinox o similar para reducir riesgo de infecciones y cubrir con una gasa o apósito.

Si pasados los 15 minutos, el sangrado no se detiene, es necesario llamar a un médico. Lo mismo si hay sospecha de una herida profunda o si la mordedura fue en la cara, el cuello o la cabeza.

Si desconoce el origen del animal o si cree que hay riesgo de transmisión de rabia, se recomienda lavar con abundante agua jabonosa y llamar a un médico que determine si es necesario iniciar profilaxis.

Precauciones para evitar mordeduras

  • Los niños pequeños no deben quedarse solos con una mascota, aunque sea de la familia.
  • Enséñeles a los niños a no acercarse a animales extraños porque nunca se sabe cómo podrían reaccionar
  • Si ve animales peleando, no intente separarlos
  • No moleste a los animales solos mientras comen.
  • Si tiene un perro, llévelo siempre con correa, aunque sea dócil.

Fuentes:

  • Recomendaciones para el manejo de mordeduras ocasionadas por animales. Leonor Jofré, Cecilia Perret, Katia Abarca, Verónica Solari, Roberto Olivares y Javier López, en representación del Comité de Infecciones Emergentes, Sociedad Chilena de Infectología.
  • Infecciones por mordeduras. F. Álvez González. Servicio de Pediatría. Hospital Clínico Universitario. Santiago de Compostela.

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