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14 julio, 2022

Las enfermedades respiratorias son más frecuentes durante el invierno y resultan la principal causa de internación y consulta médica. Afectan a toda la población, pero fundamentalmente, a los menores de 5 años y a las personas de más de 65 años.  En vísperas del período de receso escolar de invierno, en el que los espacios públicos se ven más frecuentados, es importante reforzar las medidas de prevención.

Para prevenir enfermedades respiratorias tales como la gripe, la bronquiolitis, la bronquitis, la neumonía, y el COVID-19, entre otras, es importante tener las vacunas al día, incluidas las que figuran en el Calendario de Vacunación.

También es importante adoptar las siguientes medidas para evitar enfermarse o transmitir este tipo de afecciones respiratorias:

  • Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.
  • Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo.
  • Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.
  • Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados.
  • Mantener limpios los espacios de uso común.
  • No compartir cubiertos ni vasos.
  • Enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y hogar.
  • Llevar una alimentación saludable, rica en vitaminas y minerales.
  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • Evitar el consumo de tabaco.
  • Utilizar el tapabocas en lugares públicos.

En los bebés la prevención de la mayoría de las enfermedades empieza con la lactancia materna. A través de ella se transmiten defensas que les permiten en los primeros meses de vida -los de mayor vulnerabilidad a las infecciones- estar en mejores condiciones para enfrentarlas.

Disfrutar de las actividades compartidas y cuidarnos es una tarea posible, que la hacemos entre todos.

Mariana Ferrara

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21 julio, 2020

Desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia por el nuevo coronavirus, las personas de todo el mundo debieron adoptar nuevos hábitos con el fin de evitar o disminuir la propagación del virus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad de COVID-19. Estas medidas de higiene sanitaria reducen también las posibilidades de contraer otras enfermedades comunes en la época invernal, como gripe, bronquitis, neumonía o bronquiolitis.

Para reducir el contagio, tanto de COVID-19 como de otras enfermedades respiratorias, es necesario:

  • Lavarse frecuentemente las manos, especialmente al llegar a casa o al trabajo desde la calle, antes de manipular alimentos, antes de comer, después de ir al baño y después de tocar dinero u otros objetos, como las compras del supermercado.
  • Usar barbijo o tapaboca en la calle, en el transporte público de pasajeros, comercios, etc.
  • Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar con la cara interna del codo o con un pañuelo de papel que deberá descartarse inmediatamente.
  • Mantener distancia social de al menos 2 metros con otras personas.
  • Ventilar a diario los ambientes de la casa, incluso en días de baja temperatura.
  • Evitar los sitios cerrados o donde no se pueda respetar la distancia social.
  • No compartir objetos de uso personal como mate, vasos, cubiertos, etc.
  • Evitar el contacto con personas que presenten síntomas.
  • En caso de presentar algún tipo de síntoma como fiebre de 37,5° o más, tos, dolor de garganta, pérdida del gusto o del olfato, deberá mantenerse aislado, contactar al sistema de salud (107 en CABA, 148 en Buenos Aires) y esperar las indicaciones de los referentes. En ningún caso se automedique ni consuma remedios caseros.

Para prevenir enfermedades respiratorias (y otras enfermedades) es esencial estar al día con el Calendario Nacional de Vacunación. Los centros vacunatorios cumplen estrictos protocolos de atención para evitar el contagio de coronavirus.

Tenga en cuenta que la vacuna contra la gripe es obligatoria para el personal de la salud, los adultos mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y puérperas hasta 10 días posteriores al parto y personas con factores de riesgo. Por otro lado, la vacuna contra el neumococo la deben recibir los bebés de 2, 4 y 12 meses; los adultos mayores de 65 años y las personas que tienen entre 5 y 64 años con problemas en su sistema inmunológico o enfermedades crónicas. Por último, otras vacunas del Calendario que protegen a la población son la Quíntuple (bebés a los 2, 4 y 6 meses de vida más un refuerzo entre los 15 a 18 meses); la Triple bacteriana celular (una dosis a la edad de ingreso a la escuela primaria) y la Triple bacteriana acelular (una dosis a los 11 años y otra en cada embarazo, después de la semana 20 de gestación).

Enfermedades respiratorias en bebés

Mantener la lactancia materna hasta al menos los 6 meses de vida contribuye a prevenir infecciones respiratorias en los bebés. Es importante tener en cuenta que un bebé necesita atención inmediata cuando respira rápido y con silbidos o ronquidos; si se le hunde el pecho al respirar; está decaído o se niega a comer; está irritable y le cuesta dormirse, tiene 38° o más de temperatura, tiene un color azulado en la piel, las uñas o los labios. Ante cualquiera de estos síntomas, hay que consultar a un médico lo más pronto posible.

 

Karina Pontoriero

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22 mayo, 2019

La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) lanzó por tercer año consecutivo su campaña Evitemos la Neumonía, dirigida a los mayores de 65 años y a las personas de entre 18 y 64 años con factores de riesgo.

Extrapolando a toda la Argentina los valores de incidencia descriptos en un importante estudio local realizado en la ciudad de General Roca, se estima que se producen cada año en nuestro país más de 150 mil casos de neumonía en personas mayores de 18 años. Entre otros datos preocupantes, ese trabajo, que fue publicado en el British Medical Journal, mostró una mortalidad en los mayores de 65 años, a los 14 días de internarse, del 19 por ciento, cifra que alcanza al 38 por ciento al cabo de un año del diagnóstico.

La neumonía es una enfermedad respiratoria caracterizada por una infección en los pulmones. Si bien puede ser producida por virus y hongos, generalmente es causada por bacterias, entre las cuales la más común es el neumococo (Streptococcus pneumoniae).

Los síntomas más frecuentes son tos (con o sin expectoración), fiebre, escalofríos, dificultad para respirar y frecuencia cardíaca aumentada. “El neumococo es responsable de una importante carga de enfermedad en la población adulta, manifestándose tanto como formas localizadas (neumonía aguda de la comunidad) o como enfermedad invasiva (meningitis, sepsis)”, indicó el Dr. Gustavo Lopardo, médico infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

La neumonía por neumococo, que también afecta a la población infantil, cuenta con dos vacunas para prevenir su aparición: la vacuna conjugada de 13 serotipos (VCN13) y la vacuna polisacárida de 23 serotipos (VPN23). Desde 2012, Argentina cuenta con la vacuna VCN13 en el calendario nacional gratuito y obligatorio para todos los menores de 2 años. Desde el año 2017 se suma a esta estrategia nacional la vacunación con esquema secuencial, VCN13 y VPN23 para personas con factores de riesgo y mayores de 65 años.

Si bien existen antibióticos para la neumonía por neumococo, la letalidad –que de acuerdo a datos oficiales ronda el 12 por ciento– no ha variado en los últimos 50 años, razón por la cual se hace imprescindible poner en práctica una estrategia preventiva mediante la vacunación. No obstante, las coberturas de vacunación, sobre todo en adultos y adultos mayores, siguen siendo subóptimas.

Por tal motivo, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) lanzó por tercer año consecutivo su campaña Evitemos la Neumonía, dirigida a los mayores de 65 años y a las personas de entre 18 y 64 años con factores de riesgo, con el objetivo de incrementar la concientización en la comunidad sobre la neumonía y la importancia de ayudar a prevenirla mediante la vacunación.

“El esquema secuencial de vacunación contra el neumococo está recomendado para todas aquellas personas entre 18 y 64 años con condiciones crónicas, como enfermedades cardíacas, respiratorias (asma, EPOC), renales, diabetes, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas y personas trasplantadas, tabaquismo, entre otras, presentando la prescripción médica. Mientras que los mayores de 65 años pueden acercarse para vacunarse sin indicación médica. Las vacunas son gratuitas en vacunatorios, hospitales o centros públicos de salud”, sostuvo la Dra. Carla Vizzotti, médica infectóloga, miembro de la Comisión de Vacunas de la SADI.

“Cabe destacar la importancia de recibir la vacuna antigripal todos los años, en caso de tener mayor riesgo de presentar compliaciones y muerte. Este virus es una causa relevante de neumonía. La misma puede aplicarse simultáneamente con la vacuna contra el neumococo y está recomendada para todos los mayores de 65 años, embarazadas en cualquier trimestre de la gestación, personal de salud, puérperas hasta diez días luego del parto si no recibieron la vacuna durante el embarazo (sin orden médica) y para las personas entre 2 y 64 años que presenten factores de riesgo (incluyendo personas con obesidad) con prescripción médica” recordó la Dra. Carla Vizzotti.

Fuente: Consenso Salud

Karina Pontoriero

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