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19 octubre, 2018

La ciberadicción, también conocida como trastorno de adicción a internet (IAD, por sus siglas en inglés) es un término que se refiere a una patología que supone un uso abusivo de internet, a través de diversos dispositivos, que interfiere con la vida diaria.

La adicción a internet suele darse con mayor prevalencia en la población adolescente actual y puede definirse como “la pérdida del control frente al uso racional de internet”. Como profesionales de la salud podemos saber si alguien es ciberadicto cuando hace uso de internet en forma excesiva y no piensa en nada más que en eso. Está comprobado que esto tiene múltiples consecuencias para la persona; entre ellas, que desatienda los deberes y responsabilidades de su vida casi por completo. Hoy en día nos conectamos a internet desde cualquier lugar, ya sea desde celulares, tablets o computadoras. Nuestra vida sin ellos sería totalmente diferente pero, ¿qué pasaría si empezáramos a utilizar las nuevas tecnologías como un fin en vez de como un medio? ¿Somos conscientes del tiempo que pasamos delante de algunos de estos aparatos?

Las causas de la ciberadicción: según Boronat (2008), internet facilita cubrir o compensar un déficit en la personalidad del adicto; es un instrumento de comunicación interpersonal. El mundo virtual puede considerarse una vía de escape del mundo real para los adolescentes o para personas que tienen problemas en las habilidades sociales, por ejemplo,  y en algunos casos llega a convertirse en un sustituto de la vida real. Se puede decir que las redes cubren dos tipos de necesidades básicas en los adolescentes: 1) conseguir que puedan sentirse bien y acompañados a través de juegos, imágenes e información, sin tener la necesidad de comunicarse con otras personas y 2) la búsqueda de interacción social.

Hay personas que tienden a sufrir este tipo de adicción ya que padecen de depresión o, por el contrario, se sienten atraídas por el mundo virtual y la gran variedad de posibilidades que brinda, como pueden ser el anonimato o ejercer roles opuestos a la vida cotidiana. En otras personas que buscan alguna relación, las redes les permiten entablarlas con más facilidad.

Como mencionamos anteriormente, la ciberadicción es más común en la adolescencia, etapa en la que internet hoy por hoy es uno de los principales medios de socialización. Según un estudio realizado por la Fundación Pfizer, el 98% de los jóvenes de 11 a 20 años es usuario de Internet. Y de este porcentaje, 7 de cada 10 afirman acceder a la red por un tiempo diario de 1,5 horas. Es por esto que los adolescentes, dado que suelen conectarse más a internet, constituyen un grupo de mayor riesgo.

Signos: La vida de un ciberadicto es afectada totalmente, convirtiéndose en un problema para él y para las personas de su entorno. En toda adicción siempre existen tres elementos: una persona, unas circunstancias personales determinadas y una sustancia o situación que produzca placer. Que una persona pase muchas horas conectadas a internet no quiere decir que tenga adicción, tenemos que conocer las circunstancias personales y el motivo por el que está tantas horas frente a la computadora.

Entonces, ¿cuándo podemos considerar que una persona tiene una adicción a internet? ¿Cuáles son los signos de alarma? Según Young, los signos de alarma son:

  • Estar conectado a la red todo el día, privándose así de horas de descanso.
  • No prestar atención normal y adecuada a temas importantes o a otras actividades como suelen ser el contacto con la familia o amigos.
  • No dejar de pensar en la red aun sin estar conectado a la red.
  • Bajar el rendimiento en los estudios.
  • No querer relacionarse con otras personas o mostrarse irritable.
  • Sentirse excesivamente eufórico cuando se está delante de la computadora.

Además de los anteriores, también puede haber signos físicos que muestren que una persona tiene ciberadicción:

  • Síndrome del túnel carpiano
  • Migrañas
  • Ojos secos
  • Trastornos alimentarios
  • Alteraciones del sueño
  • Dificultades para mantener la higiene personal, entre otros.

Consejos prácticos para padres y educadores: Debemos tener presente que, en la mayoría de las situaciones, los adolescentes tienen acceso a varios dispositivos electrónicos, como teléfonos, tablets y computadoras. Es aconsejable que esta última no esté en el cuarto del adolescente, sino que, por el contrario, esté en un sitio que la familia frecuente, como el living o el comedor. Además, es recomendable que el adolescente no pase mucho tiempo jugando solo con la computadora. Su uso no debe prohibirse, pero sí restringirse, pautando horarios en los que será posible su uso y siendo estrictos al momento de hacerles dejar la conexión al mundo virtual. Además, los padres deben estar al día de todo lo relacionado con las nuevas tecnologías e internet. Conocer los juegos que existen y con los que sus hijos juegan es importante para saber si son adecuados para ellos o no.

Fuente:

  • Artículo escrito por Prof. Lic. Carolina Carbonella y publicado en Revista Colegio.

Karina Pontoriero

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20 febrero, 2018

La cuenta regresiva para el inicio del ciclo lectivo ya está en marcha. Junto con marzo llegan los horarios, las rutinas, las actividades programadas y demás responsabilidades que pueden, al principio, alterar la vida familiar. Pero es también un buen momento para que los chicos adopten hábitos saludables, que los ayudarán a crecer sanos, prevenir enfermedades y lograr un mejor rendimiento escolar, entre otros beneficios.

Compartimos algunas recomendaciones para padres y madres:

Buen descanso: Es muy importante que los chicos duerman al menos 8 horas. La falta de sueño incide en su energía, ánimo y rendimiento escolar.

Desayunar siempre: No solo mejora su atención y rendimiento, sino que también ayuda a mantener un peso saludable. Evitar las galletitas dulces y golosinas. Optar por tostadas integrales, lácteos, cereales sin azúcar agregada y frutas.

Dieta variada y equilibrada: Lo ideal es que su alimentación sea variada y que todos los días incorporen frutas y verduras.  Al estar en etapa de desarrollo y crecimiento, los niños necesitan consumir alimentos que les aporten todos los nutrientes necesarios.

Hidratación: Recordarles que tomen agua con frecuencia no está de más. En lo posible, evitar que consuman gaseosas y jugos azucarados.

Práctica deportiva: Si bien los chicos suelen ser inquietos a hiperactivos, los pediatras recomiendan que en su agenda extra escolar se incluya al menos un día de actividad física para prevenir la obesidad y mejorar el estado anímico. “Antes de comenzar cualquier tipo de actividad física, ya sea en el colegio o fuera del mismo, es necesario realizar un control para tener el apto físico. Es importante que se realicen un estudio cardiológico y análisis de rutina, acorde a la exigencia física, edad y sexo del chico”, aclara la Dra. Deborah Berenstein, Coordinadora de Pediatría de Acudir Emergencias. De la misma forma, sugieren que pasen la mayor cantidad de tiempo al aire libre y que se limite el tiempo frente a pantallas como TV, tablets o celulares.

Buena higiene: Incentivarlos para que incorporen el hábito de lavarse las manos con frecuencia y, de esta forma, evitar la propagación de enfermedades.

Controlar que no haya piojos: Revisar la cabeza de los chicos y pasar el peine fino periódicamente. Ser constantes con estas prácticas es fundamental. En caso de contagio, consultar el tratamiento adecuado con el pediatra o farmacéutico.

Evitar mochilas pesadas: Las mochilas no deberían superar el 10 o 15% del peso de los chicos.  Una opción para cuidar la espalda es el uso de mochilas con rueditas.

CALENDARIO DE VACUNACIÓN

Tener en cuenta que los chicos que inician la primara (5-6 años) deben aplicarse tres vacunas: el segundo refuerzo contra la poliomielitis (Sabin); la segunda dosis de la Triple Viral (sarampión, rubéola y paperas) y el segundo refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular, que protegen contra la difteria, la coqueluche y el tétanos. La Dra. Berenstein agrega que “junto con este calendario de vacunación, los chicos que ingresan al colegio deben hacer un control ocular y auditivo”.

A los 11 años se aplica una única dosis de la vacuna contra el meningococo y el refuerzo de la Triple Bacteriana Acelular. A esta edad, tanto nenas como varones deben recibir las dos dosis de la vacuna contra el VPH o Virus del Papiloma Humano, que previene el cáncer de cuello uterino.

gabriel

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