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20 septiembre, 2023

Actualmente no se conoce una forma definitiva de prevenir el Alzheimer, ya que no se ha identificado con precisión su origen. Si bien dos de los principales factores desencadenantes son la avanzada edad y la predisposición genética, existen muchos otros que pueden ser modificados mejorando hábitos de vida.

  • Mantenerse físicamente activo: La práctica regular de ejercicios puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular y reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer.
  • Mantener una dieta saludable:Consumir una cantidad variada y rica de frutas, verduras, granos enteros, pescado y grasas saludables puede ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer.
  • Estimular el cerebro: Realizar actividades como leer, hacer crucigramas, aprender nuevos idiomas o habilidades puede ayudar a mantener el cerebro activo y reducir el riesgo de Alzheimer.
  • Controlar las enfermedades crónicas:Mantener bajo control enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol alto puede ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer.
  • Mantener una vida social activa: Interactuar con otras personasyparticipar en actividades sociales puede ayudar a mantener el cerebro activo y reducir el riesgo de Alzheimer.

Es importante destacar que estas medidas contribuyen a reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer, pero no garantizan la prevención completa de la enfermedad. Es fundamental acudir a la consulta médica regular para obtener una evaluación temprana y seguimiento adecuados.

Mariana Ferrara

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20 septiembre, 2022

¿Qué es el Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurológico progresivo, es la causa más común de demencia, un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.

¿Se puede prevenir la enfermedad de Alzheimer?

A pesar de que no hay ninguna estrategia probada para prevenirla, existe evidencia sólida de que los hábitos saludables del estilo de vida, como llevar una buena alimentación, hacer ejercicio y no fumar, pueden tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia.

Estas son algunas acciones que favorecen la buena salud del cerebro en general:

  • Evitar fumar.
  • Controlar los factores de riesgo cardiovascular, incluida la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes.
  • Seguir una alimentación equilibrada, que incluya gran cantidad de verduras, frutas y proteína magra, especialmente fuentes proteicas que contengan ácidos grasos omega-3.
  • Realizar actividad física y social, lo cual incluye realizar ejercicio aeróbico.
  • Mantener un peso saludable.
  • Usar habilidades de pensamiento (cognitivas), como las habilidades de memoria.
  • Evitar lesiones en la cabeza.
  • Tratar la pérdida auditiva.
  • Limitar el consumo de bebidas alcohólicas.

Los cambios cerebrales que se producen en la enfermedad de Alzheimer pueden dar las siguientes señales:

  • Depresión.
  • Apatía.
  • Aislamiento social.
  • Cambios de humor.
  • Desconfianza en los demás.
  • Irritabilidad y agresividad.
  • Cambios en los patrones de sueño.
  • Desorientación.
  • Pérdida de la inhibición.
  • Delirios (como creer que fue víctima de un robo).

Cuándo consultar a un médico.

Ante señales de pérdida de memoria u otras habilidades de razonamiento, propias o de algún familiar o amigo, acudir a la consulta con el médico para realizar una evaluación integral y un diagnóstico.

Mariana Ferrara

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20 septiembre, 2021

El Alzheimer es la forma más común de demencia. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa irreversible que, entre otras cosas, deteriora la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Afecta generalmente a los adultos mayores, pero también puede aparecer en edades tempranas.

Si bien no hay forma de prevenir el Alzheimer, algunos hábitos saludables podrían reducir o retrasar el deterioro cognitivo y el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Son muchas las cosas que podemos hacer para tener una mejor calidad de vida y reducir no solo el riesgo de Alzheimer, sino también de otras enfermedades no transmisibles, como diabetes o hipertensión arterial. Los 6 factores más relevantes son:

  1. Realizar actividad física regularmente. Se puede caminar, nadar o andar en bicicleta al menos 30 minutos al día. Son actividades de bajo impacto que hacen la diferencia.
  2. Llevar una alimentación sana y equilibrada. Incluir variedad de frutas, verduras, legumbres, cereales, pescados; apostar por las comidas caseras, reducir el consumo de azúcares y harinas refinadas.
  3. Tener una vida social activa. Fomentar el vínculo con otras personas es positivo para la salud mental.
  4. Mantener el cerebro activo a toda edad. Aprender un idioma, realizar cursos, ejercitar la memoria, hacer cálculos matemáticos mentales, completar crucigramas, son desafíos que permiten desarrollar nuestras capacidades cognitivas.
  5. Cuidar el corazón. Controlar periódicamente la tensión arterial y el colesterol es importante. Un corazón saludable colabora con el buen funcionamiento del cerebro.
  6. No fumar o dejar de hacerlo.

Para mejorar las funciones cognitivas es importante romper con las rutinas y exponerse a cambios. Por ejemplo, modificar un recorrido o aprender un nuevo oficio, son pequeñas formas de estimular el cerebro.

Fuente:
Federación Argentina de Cardiología
Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer

Karina Pontoriero

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10 septiembre, 2018

Deterioro de la memoria, incapacidad para procesar el pensamiento, cambios repentinos de personalidad y dificultad para realizar actividades cotidianas pueden ser síntomas de demencia. La demencia no es una consecuencia normal del envejecimiento, sino un síndrome crónico y progresivo que afecta la función cognitiva.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay unas 50 millones de personas con demencia y cada año se diagnostican 10 millones de casos nuevos. Se estima que este número se triplicará en los próximos 30 años. Entre el 60 y 70% de los casos  de demencia corresponden a la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia.

La demencia impacta física, psicológica y socialmente en los pacientes, que, con el avance de la enfermedad, se convierten en personas totalmente dependientes. Es por eso que constituye una de las principales causas de discapacidad entre las personas mayores. Todo esto puede ser abrumador para la familia y los cuidadores, quienes muchas veces se sienten desbordados o estresados por diferentes situaciones que les toca atravesar.

Causas y consecuencias

La demencia no es algo que se pueda prevenir, pero se sabe que enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria pueden llevar a la demencia, como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson o los ACV. El consumo excesivo y prolongando de alcohol aumenta las posibilidades de contraer este síndrome.

Aunque la demencia afecta a cada persona de manera diferente, la memoria, el pensamiento, el sentido de la orientación, la capacidad de aprendizaje o de hacer cálculos matemáticos simples, el lenguaje y el juicio se ven afectados. Al deterioro de la función cognitiva se suman el control emocional, el comportamiento social o la motivación.

Hoy no existe ninguna cura ni tratamiento que revierta o frene su evolución, pero un diagnóstico temprano mejoraría las condiciones de vida de los pacientes y sus familiares.

Fuentes:

  • Organización Mundial de la Salud
  • Alzheimer’s Association

Karina Pontoriero

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5 febrero, 2018

Un grupo de investigadores estadounidenses desarrolló un “marcapasos cerebral” que ayuda a las personas con Alzheimer. Una vez implantado, el aparato estimula constantemente una parte del cerebro del paciente y logra así mejorar sus capacidades cognitivas y funcionales en la vida cotidiana.

Tenemos muchas herramientas y tratamientos farmacéuticos para ayudarlos con su memoria, pero nada que los ayude a mejorar su toma de decisiones o aumentar su capacidad para centrar la atención y evitar distracciones”, señaló Douglas Scharre, profesor de la Universidad Estatal de Ohio y coautor del estudio publicado en la revista científica Journal of Alzheimer’s Disease. El médico destacó que estas aptitudes son necesarias para realizar las tareas diarias, como hacer la cama, elegir qué comer y mantener una conversación fluida con amigos y familiares.

El implante de dispositivos para la estimulación cerebral profunda es similar al de un marcapasos cardíaco, excepto que los cables del marcapasos se implantan en el cerebro en lugar del corazón. Por primera vez, se implantaron cables eléctricos delgados en los lóbulos frontales de los cerebros de pacientes con Alzheimer para determinar si el uso de un “marcapasos cerebral” podría ser útil en este sentido.

Los lóbulos frontales son responsables de la capacidad para resolver problemas, organizar y planificar y hacer buenos juicios, entre otras. “Al estimular esta región del cerebro, las capacidades funcionales cognitivas de enfermos de Alzheimer con ‘marcapasos cerebral’ disminuyeron más lentamente que las de los pacientes sin la estimulación”, señaló Scharre.

Así, este estudio piloto descubrió que la estimulación cerebral profunda dirigida a las regiones cerebrales frontales puede volver más lenta la disminución del rendimiento general que se observa típicamente en las personas con Alzheimer leve o en estadio temprano.

Una tecnología similar a la del “marcapasos cerebral” se ya se utilizó con éxito para tratar a más de 135.000 pacientes en todo el mundo con mal de Parkinson.

Fuente: Revista Consenso

gabriel

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