NOVEDADES

No more posts
mascarilla-medica-numero-2021-adornos-navidenos-navidad-pandemia-coronavirus_231813-179.jpg

No hay dudas de que las fiestas de este fin de año tendrán un componente especial debido a la pandemia que nos ha mantenido lejos de nuestros seres queridos durante gran parte de este 2020. Sin embargo, es necesario continuar cuidándonos y cuidando a quienes nos rodean para evitar el contagio de Covid y prevenir también lesiones o quemaduras muy comunes en esta época del año.

La mejor forma de tener unas fiestas seguras en familia o con amigos es cumplir con los siguientes protocolos que minimizan los riesgos de contagio:

  • Evitar reuniones sociales con más de 10 personas. Es recomendable que esas personas sean convivientes.
  • Realizar los encuentros al aire libre o en espacios con ventilación permanente.
  • Usar barbijo o tapabocas en todo momento y quitárselo solo para consumir.
  • Mantener la mayor distancia social posible, no darse besos, abrazos ni estrecharse las manos.
  • Higienizarse frecuentemente las manos, especialmente antes de manipular la comida y luego de ir al baño.
  • No compartir vasos, cubiertos ni vajillas.
  • No asistir si presenta síntomas o si estuvo en contacto estrecho con caso positivo de COVID en los últimos 14 días.
  • Evitar bailar, cantar o gritar en espacios cerrados. Tratar de mantener la música en un volumen bajo para no hablar fuerte ni gritar.
  • Toser o estornudar en un pañuelo descartable o en el pliegue interno del codo. Recordamos que el virus del COVID se propaga por las gotículas que se expulsan al hablar, toser o estornudar.

En las fiestas son muy comunes las quemaduras y lesiones oculares producidas por mal uso de la pirotecnia y corchos. Es fundamental que solo se adquiera pirotecnia aprobada por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), ente que regula y fiscaliza todo lo relacionado con explosivos y otros materiales controlados. Para hacer un buen uso de la pirotecnia, se requiere encenderla siempre en lugares abiertos y al aire libre. Jamás sostener la pirotecnia en la mano ni detonarla en un frasco, botella u otro recipiente. Mantener distancia del producto una vez encendido y proteger los oídos, especialmente los de los niños. En caso de que el producto no explote, apagarlo con agua (nunca tocar la mecha). Vale aclarar que los niños no deberían manipular pirotecnia o hacerlo siempre bajo la supervisión de un adulto.

Un gran porcentaje de lesiones oculares ocurren por los corchos de bebidas espumantes.  Para evitar esto, se recomienda maniobrar el corcho con un repasador y abrir la botella suavemente.  Si permite que el corcho “salga volando”, puede impactar y lesionar a cualquier persona desprevenida.

Por último, moderar el consumo de alcohol permite mantener control sobre las acciones. Las personas que beben en exceso son más propensas a minimizar los cuidados para prevenir el contagio de COVID, tener actitudes más violentas o generar accidentes de tránsito, entre otras situaciones evitables. Si bebe, no conduzca.


National-Suicide-Prevention-Jared-Keener-Flickr-CC-1200x800.jpg

Alrededor de 800.000 personas se quitan la vida cada año, de acuerdo con datos publicados por la Organización Mundial de la Salud. El suicidio es un fenómeno global que afecta a personas de cualquier sexo, edad y situación socioeconómica, aunque el mayor número de casos ocurre en países con ingresos medios y bajos y es la tercera causa de muerte en jóvenes de 15 a 19 años.

Si bien estos datos son alarmantes, los suicidios son prevenibles si se adoptan algunas medidas como:

  • Identificar tempranamente, tratar y atender a las personas con problemas de salud mental, personas adictas o que padezcan dolores crónicos y/o trastornos emocionales agudos.
  • Realizar un seguimiento de la atención y brindar apoyo a las personas que han intentado suicidarse.
  • Restringir el acceso a medios de suicidio como armas de fuego, ciertos medicamentos o plaguicidas, que son los métodos más utilizados para suicidarse.
  • Capacitar al personal sanitario no especializado para que pueda evaluar y gestionar conductas suicidas.
  • Brindar información responsable desde los medios de comunicación en la cobertura de suicidios.
  • Realizar intervenciones escolares para que tanto estudiantes como docentes y directivos se informen y tomen conciencia sobre esta problemática y, de esta forma, sea posible brindar un entorno saludable e inclusivo para los jóvenes.

Al tratarse de un problema complejo, la prevención debe ser un trabajo coordinado multidisciplinariamente, con la intervención de múltiples sectores de la sociedad, entre los que deben involucrarse salud, educación, trabajo, justicia, política y medios de comunicación, entre otros.

Es importante tener en cuenta que no solo las personas con problemas de salud mental o adicciones, como depresión o alcoholismo, son las que pueden tener una tendencia suicida. En muchas oportunidades los problemas financieros, dolores crónicos o discriminación por condición física, sexual, etc., pueden desencadenar una tentativa de suicidio. Es por eso también que se apela a la sensibilidad de toda la sociedad para que sea más empática y no estigmatice a quienes son diferentes, padecen un trastorno mental o atraviesan un momento personal crítico. Estar atentos, ponerse en el lugar del otro, ofrecerse para escuchar sin juzgar y buscar ayuda profesional si es necesario, son grandes aportes para prevenir el suicidio.

Fuente: Organización Mundial de la Salud


alcohol-adolescente-4nbrnd2dir80.jpg

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Argentina es el país de Latinoamérica con mayor consumo de alcohol por persona, con 9,1 litros de alcohol puro per cápita. En todo el continente, nuestro país solo es superado por Canadá (10 litros) y los Estados Unidos (9,3 litros).
El dato de por sí es impactante. Si a esto le sumamos la información que se desprende de un estudio recientemente publicado por el SEDRONAR, que resalta el incremento del consumo de alcohol en preadolescentes y adolescentes, se transforma en una situación más que preocupante.
En su “Estudio de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población General”, el SEDRONAR advierte que de los 2.299.598 nuevos consumidores de alcohol que se detectaron sólo en el último año, 319.994 son preadolescentes y adolescentes.
El consumo de alcohol en chicos de 12 a 17 años creció de un 42 a un 60,5% en los últimos 7 años. Ya desde los 12 años existe un mayor consumo de cerveza; mientras que los adolescentes y jóvenes incursionan en bebidas fuertes o tragos con más graduación alcohólica. Si en 2010 había un 21,4% de la población de 12 a 17 que años consumía alcohol regularmente; en diciembre de 2017 ese número creció hasta llegar al 34,7%.
Las previas son uno de los motivos por los que la edad de iniciación es cada vez más temprana; se trata de una práctica habitual que consiste en tomar grandes cantidades de bebidas de alta graduación alcohólica en un lapso corto de tiempo. Se realizan en grupos, en casas de familias con nulo o escaso control parental y antes de salir a bailar o a una fiesta. Hoy, según considera este informe, estos excesos llegan a un nivel de epidemia.
El documento “Adicciones y vulnerabilidad social”, publicado por la Universidad Católica Argentina, advierte que las previas son sumamente riesgosas. De hecho, una encuesta que publicaron informa que el 78,9% de los participantes tuvo al menos un episodio de consumo excesivo en los últimos 30 días, y el 31,7% indicó consumió de manera excesiva al menos una vez a la semana.

Consecuencias del consumo de alcohol en menores de edad
Consumir alcohol en la adolescencia aumenta las probabilidades de continuar consumiendo alcohol en exceso en la vida adulta e incluso incursionar en otras adicciones. El consumo de alcohol en menores de 18 años puede influir de manera negativa en el desarrollo del cerebro, afectar la memoria y el aprendizaje, incidiendo de esta forma en el rendimiento escolar.
Al distribuirse por todo el organismo a través del torrente sanguíneo, el abuso del alcohol genera riesgos para la salud, tales como mayor predisposición a enfermedades respiratorias, disminución de la producción de la hormona del crecimiento; alteraciones del ritmo cardíaco; irritaciones en la pared intestinal, entre otros. Además, quienes consumen alcohol habitualmente tienen mayor probabilidad de desarrollar depresión o ansiedad.

Ante una situación crítica, cuando el menor no puede mantenerse en pie o se desvanece, es necesario llamar a un servicio de emergencia. “Es fundamental que quienes acompañen al menor eviten que siga tomando y aseguren la escena de todo tipo de riesgo. En el caso de que el paciente esté con vómitos, mantenerlo en decúbito lateral, es decir, recostado sobre uno de sus lados”, explica la Dra. Deborah Berenstein, Coordinadora Médica de Pediatría en Acudir.
En Argentina rige la Ley Nacional 24.788, que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años. Es responsabilidad de los adultos que se cumpla y se denuncie a las empresas y/o comerciantes que infringen esta ley.


Acudir Emergencias Médicas 2023. Todos los derechos reservados.