Día Mundial del Asma
El asma afecta a las vías respiratorias; éstas se estrechan e hinchan, lo que puede producir mayor mucosidad. Esto puede dificultar la respiración y provocar tos, un silbido (sibilancia) al exhalar y falta de aire.
Para algunas personas, el asma es una molestia menor. Para otras, puede ser un problema considerable que interfiere en las actividades cotidianas y que puede producir ataques de asma que pongan en riesgo la vida.
¿Cuáles son los síntomas del asma?
- Dolor en el pecho.
- Tos, especialmente por la noche o temprano en la mañana.
- Dificultad para respirar.
- Sibilancia, que provoca un silbido al exhalar.
Estos síntomas pueden variar de leves a graves. Pueden presentarse todos los días o sólo de vez en cuando.
Durante un ataque de asma, los síntomas empeoran. Estos ataques pueden aparecer de forma gradual o repentina y son más comunes en personas que padecen asma grave. En ocasiones, pueden poner en peligro la vida.
¿Cuáles son los factores desencadenantes?
- Infecciones respiratorias virales.
- Humo del tabaco.
- Exposición a irritantes ambientales (humos de cocina, material de limpieza, pinturas, etc.).
- Cambios climáticos.
- Ejercicio.
- Estrés emocional.
- Sustancias que desencadenan procesos alérgicos, llamados alérgenos: polvo, polen, pelos de animales, ciertos alimentos, colorantes, aditivos, etc.
- Algunos medicamentos como la aspirina.
- Factores hormonales (menstruación, embarazo).
- Reflujo gastroesofágico.
Estos factores pueden variar según la persona, incluso en distintos momentos. Es importante identificar cuáles son los factores que empeoran el asma e intentar evitarlos.
Para un buen manejo del asma, es importante:
- En caso de fumar, dejar de hacerlo.
- Conocer los factores desencadenantes.
- Conocer los síntomas y cómo controlarlos.
- El uso correcto de los inhaladores para el tratamiento.
- Recibir las vacunas para la gripe y neumonía.
Es importante realizar la consulta médica a tiempo, para evitar complicaciones e iniciar un tratamiento adecuado.