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Chagas: Más de 95% de los infectados desconocen su estado

13 abril, 2020 by Karina Pontoriero

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas por el Trypanosoma cruzi, el parásito que causa la enfermedad de Chagas. Si bien la mayoría de ellas se ubican en América Latina, en los últimos años se ha detectado un aumento de casos en Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa.

La enfermedad de Chagas, que debe su nombre al Dr. Carlos Ribeiro Chagas (quien investigó y descubrió esta enfermedad en 1909), se transmite a los seres humanos por los insectos triatomíneos conocidos popularmente como vinchucas o chinches. En general, estos insectos pican en zonas expuestas de la piel y defecan u orinan cerca de la picadura. Cuando la persona se rasca institivamente, la materia fecal u orina ingresa en el organismo y lo infecta. Los triatomíneos viven en las grietas de paredes y techos de viviendas construidas con adobe, ramas o paja, por eso se la considera una enfermedad de los sectores más vulnerables. La enfermedad de Chagas también puede transmitirse por vía oral (es decir, al consumir alimentos infectados), por vía sanguínea, al recibir un trasplante o de madre a hijo, en forma congénita.

Desde siempre, el Chagas se comporta como una enfermedad silenciosa debido a la ausencia de síntomas específicos en las etapas tempranas de la infección; por tal motivo, más del 95% de las personas infectadas desconoce su diagnóstico. Además, suele transcurrir mucho tiempo hasta que se manifiesten las complicaciones más severas de la enfermedad, que usualmente son alteraciones cardiológicas.

Fases de la enfermedad de Chagas

La enfermedad de Chagas presenta dos fases claramente diferenciadas:

Una fase aguda que dura, aproximadamente, dos meses después de contraerse la infección. Es en este período cuando circulan una gran cantidad de parásitos por el torrente sanguíneo. En la mayoría de los casos no suelen presentarse síntomas o se trata de síntomas leves e inespecíficos. Un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. También puede presentarse fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico. Estos síntomas se manifiestas en menos del 50% de las personas infectadas.

La segunda fase se denomina fase crónica y es cuando los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y digestivo. Hasta un 30% de los enfermos crónicos presentan alteraciones cardíacas y hasta un 10% padecen alteraciones digestivas, neurológicas o combinadas que pueden requerir un tratamiento específico.

No hay vacuna contra la enfermedad de Chagas. El tratamiento antiparasitario administrado en la fase aguda puede evitar o frenar la progresión de la enfermedad y prevenir la transmisión congénita en las embarazadas. La detección y el tratamiento de niñas y mujeres en edad de procrear infectadas es fundamental, así como la detección en recién nacidos y otros hijos de madres infectadas sin tratamiento antiparasitario previo.

Prevención

La OMS recomienda los siguientes métodos de prevención y control:

  • Rociar las casas y sus alrededores con insecticidas
  • Mantener la limpieza de las viviendas para prevenir la infestación por el vector
  • Usar mosquiteros
  • Realizar buenas prácticas higiénicas en la preparación, el transporte, el almacenamiento y el consumo de los alimentos.
  • Lograr un mejor acceso al diagnóstico y el tratamiento para las personas en las que esté indicado o recomendado el tratamiento antiparasitario, especialmente los niños y las mujeres en edad fecunda antes del embarazo.

Fuente: Organización Mundial de la Salud


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