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Llevar hábitos saludables es fundamental para prevenir enfermedades no transmisibles; es decir, aquellas que en gran medida se relacionan con la alimentación o el sedentarismo, como la Diabetes tipo II o las enfermedades cardiovasculares. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que implica un bienestar físico, mental y social. Para alcanzar ese bienestar y mejorar nuestra calidad de vida es necesario adoptar conductas que nos beneficien.

Los hábitos no se modifican de un día al otro. Por eso es recomendable dar pequeños pasos y hacer cambios paulatinos: De esta forma, hay más posibilidades de sostenerlos en el tiempo. A continuación, compartimos algunos consejos para comenzar un cambio de vida:

  1. Tomar más agua: Lo ideal es beber 2 litros de agua cada día. Para facilitar la ingesta de líquido, un tip es poner alarmas en el teléfono a modo de recordatorio o tomar 8 vasos de agua distribuidos en distintos momentos (dos vasos por la mañana, dos al mediodía, otros dos por la tarde y dos por la noche).
  2. Llevar una alimentación balanceada: Una alimentación equilibrada debe incluir verduras, frutas, cereales, legumbres y proteínas. En este punto, la planificación es clave. ¿Sugerencias? Primero, es recomendable consultar con un nutricionista. Pero, para empezar, es bueno organizar un menú semanal, hacer una lista de compras y tratar de comer comida casera. Cocinar puede ser un plan entretenido y ayuda a evitar o disminuir el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados. También es recomendable moderar el consumo de alcohol.
  3. Sumar movimiento: Hacer actividad física 30 minutos al día es bueno para el cuerpo y la mente. Las personas que no están acostumbradas o que realizan tareas sedentarias, pueden aprovechar las distintas aplicaciones y gadgets que ayudan a controlar los movimientos. Para no abandonar es preciso encontrar una actividad que entusiasme; puede ser caminar, andar en bici, nadar, etc. Lo importante es lograr constancia y, si se desea, proponerse pequeños objetivos para ser consciente del progreso. Siempre consultar a un médico para que realice un apto físico e indique la mejor actividad de acuerdo con su estado.
  4. Tratar de decirle adiós al cigarrillo: Los beneficios de dejar de fumar son innumerables.
  5. Descansar de manera adecuada: Lo ideal de dormir de 6 a 8 horas diarias. Tratar de regular y mantener un buen ritmo de sueño es necesario para un mejor rendimiento en todas las actividades y para recuperarse tras realizar ejercicio.
  6. Hacer alguna actividad placentera: Esto queda a gusto y criterio de cada persona. Puede ser meditar, pintar, cantar o bailar. Cualquier cosa que permita relajar y desconectar o despejarse.

El cambio de hábitos es un proceso y lleva su adaptación: Habrá días mejores que otros. Por eso, hay que ser flexibles y aceptar que a veces se puede fallar. En esos casos, evitar sentir culpa, no abandonar, ser paciente y retomar los buenos hábitos son pasos necesarios para tener éxito en este nuevo camino.


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Los diccionarios definen a la alergia como un “conjunto de alteraciones de carácter respiratorio, nervioso o eruptivo que se producen en el sistema inmunológico por una extremada sensibilidad del organismo a ciertas sustancias a las que ha sido expuesto y que, en condiciones normales, no causan esas alteraciones.”

Es en otoño, al igual que en primavera, cuando se agudizan los síntomas de las personas alérgicas. ¿Por qué? Enumeramos algunas razones:

  • El cambio de temperatura y los ambientes cerrados favorecen la proliferación de ácaros del polvo.
  • A su vez, el aumento de la humedad ambiental facilita la aparición del moho.
  • El clima otoñal propicia el desarrollo de enfermedades virales que, en algunos casos, pueden empeorar los síntomas de las alergias.

Las alergias más comunes son:  Rinitis alérgica; Asma de tipo alérgico (el tipo de asma más frecuente, que se desencadena con alérgenos como polen, ácaros, pelos de animales u hongos); Alergias alimentarias; Alergias a mascotas y Dermatitis atópica, producida generalmente por el uso de lana.

Una de las recomendaciones más importantes para evitar o reducir los síntomas alérgicos es ventilar adecuadamente los ambientes y hacer un uso medido de la calefacción. También, para escapar de los ácaros, es conveniente retirar los peluches de la cama de los niños y tratar de mantener los ambientes libres de polvo.

De todas formas, siempre es fundamental consultar con un médico, quien realizará las pruebas necesarias para determinar el tipo de alergia e indicará el tratamiento adecuado.


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Cada 11 de abril, desde 1997, la Organización Mundial de la Salud conmemora el Día Mundial del Parkinson. Se trata de un trastorno neurológico degenerativo que afecta más del 1% de la población mayor de 65 años, solo en la Argentina, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la Nación. Aunque es poco frecuente, también puede afectar a personas menores de 40 años. Entre el 25 y el 50% de los pacientes requiere de ayuda para vivir el día a día.

La enfermedad de Parkinson se produce cuando las células que generan dopamina dejan de funcionar de manera prematura. La dopamina es uno de los principales transmisores químicos del  cerebro que posibilita la comunicación de las neuronas entre sí, permitiendo la coordinación de los movimientos finos de los músculos. Por esta razón, la característica principal de esta enfermedad es la pérdida progresiva y gradual del control de los movimientos.

Si bien uno de los síntomas más característicos y conocidos es el temblor, el Parkinson presenta una multiplicidad de síntomas, como lentitud de movimientos, rigidez en los brazos, piernas o torso y problemas de equilibrio o inestabilidad postural. Los pacientes también pueden tener pérdida de expresividad facial, caligrafía muy pequeña o un volumen de voz muy bajo.

La enfermedad de Parkinson aún no tiene cura. Como se trata de una enfermedad crónica y progresiva, los síntomas se agravan y afectan la vida cotidiana de los pacientes, que deberán depender de otras personas para realizar ciertas actividades cotidianas. Adaptar algunas rutinas puede brindar más seguridad a los pacientes y su entorno.

Algunos consejos:

  • Consumir fibras para evitar el estreñimiento producido por la medicación.
  • Instalar pasamanos en el baño para mayor estabilidad.
  • Usar más remeras y elegir pantalones con elástico. Los botones o cierres pueden ocasionar dificultades a la hora de vestirse
  • Descansar la voz luego de hablar un largo rato.
  • Usar zapatos de taco bajo para una mejor estabilidad y optar por calzado con velcro en lugar de cordones.
  • Llevar adelante una rutina de ejercicios con el asesoramiento de un terapista ocupacional para tratar las dificultades de movilidad y desplazamiento.
  • Tratar de llevar una vida social activa. Esto mejora el ánimo y colaborar para afrontar mejor la enfermedad.

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De acuerdo con un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de niños y adolescentes con obesidad se multiplicó por 10 en el mundo en los últimos 40 años. El estudio, dirigido por el Imperial College de Londres junto con la OMS, indica que, de mantenerse esta tendencia, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con bajo peso. Para realizar este informe se analizaron el peso y la altura de cerca de 130 millones de individuos mayores de 5 años, una cifra que lo convierte en el estudio epidemiológico que ha incluido al mayor número de personas.

Las tasas mundiales de obesidad de la población infantil y adolescente aumentaron desde menos de un 1% en 1975 hasta casi un 6% en las nenas (50 millones) y cerca de un 8% en los varones (74 millones) en 2016. El número de chicos obesos de 5 a 19 años de edad se multiplicó por 10 a nivel mundial pasando de los 11 millones de 1975 a los 124 millones de 2016.

El Profesor Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College de Londres y autor principal del estudio, advierte que “si la tendencia actual no varía, toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y tendrá un riesgo más elevado de sufrir enfermedades.”

“Generar hábitos alimenticios saludables es fundamental para prevenir, a mediano o largo plazo,  múltiples patologías, como dislipidemia, hipertensión, diabetes y/o enfermedades cardio y cerebro vasculares, que conllevan un alta carga de morbi-mortalidad”, explica el Dr. Agustín Apesteguía, Gerente Médico de Acudir.

Algunos consejos para los adultos responsables:

  • Es necesario reducir el consumo de alimentos con alto contenido calórico y bajo valor nutricional incorporando más frutas, verduras y carnes magras a la dieta de los chicos.
  • Tratar de que usen menos las pantallas (tablets, playstation, celulares) que incentivan a una vida sedentaria
  • Fomentar la actividad física por medio del deporte y la recreación activa.

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